El verano en Estados Unidos está marcado por olas de calor cada vez más intensas y prolongadas. Pero detrás de estos eventos extremos se encuentra un patrón atmosférico poco comprendido por el público: el domo de calor.
Por Infobae
Este fenómeno, también conocido como cúpula de calor, bloqueo de alta presión o incluso cresta de la muerte, puede elevar las temperaturas entre 8 y 17 grados Celsius por encima del promedio y provocar consecuencias mortales.
Un domo de calor se forma cuando una gran área de alta presión atmosférica se establece sobre una región durante días o incluso semanas. Este sistema empuja el aire hacia abajo, y ese aire al descender se comprime y se calienta. A diferencia de otros patrones meteorológicos, el aire no circula libremente, lo que genera una masa de aire estancada y cada vez más caliente sobre la superficie.
En términos técnicos, el aire que desciende pierde humedad y aumenta su temperatura, lo cual genera un efecto acumulativo. Con el paso de los días, el calor se intensifica debido a la ausencia de nubosidad y lluvias, y el suelo, cada vez más seco, ya no ayuda a refrescar el ambiente mediante la evaporación. Esta combinación crea un círculo vicioso de calentamiento y desecación.
Calor extremo y escasez de lluvias
Los domos de calor pueden extenderse más de 1.600 kilómetros, cubriendo amplias porciones del país. En el este de Estados Unidos, las temperaturas pueden alcanzar fácilmente los 38 °C, mientras que en el oeste, en zonas desérticas como Nevada, Arizona o California, los termómetros pueden superar los 43 a 49 °C.
A la vez, la falta de movimiento vertical del aire dificulta la formación de tormentas, lo que agrava las condiciones de sequía. En regiones agrícolas, esto representa una amenaza para las cosechas y el suministro de agua. Si el domo de calor persiste por más de una semana, el suelo puede quedar completamente reseco y la vegetación sufrir daños graves.
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