Tras la presunta incautación de tres toneladas de cocaína en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía, se difundió que por este caso estaba detenido César Pérez Salas, presidente de Emtrasur, empresa filial de Conviasa.
Esta información, sin embargo, fue desmentida por Ramón Velásquez Araguayán, ministro de Transporte: «Mediante redes sociales criminales, se busca posicionar el fake news indicando que el presidente de Emtrasur, empresa adscrita a Conviasa, está detenido».
Afirmó que «la información correcta» es que por la intervención de la Guardia Nacional Bolivariana supuestamente se frustró el envío de tres toneladas de cocaína que estaban camuflajeadas en empaques de café «procedentes de Colombia».
Según el funcionario, la «banda delincuencial» tenía vínculos con la empresa colombiana Rasgos y pretendía «preñar un avión» de Conviasa con las toneladas de cocaína para posteriormente llevarlas a Rusia.
Luego, agregó, tratarían de llevarlas hasta Afganistán usando un avión de Turkish Airlines.
El ministro hizo una publicación en X, a pesar de que la red social permanece bloqueada en Venezuela por decisión del régimen al que pertenece.
El ministro Velásquez no señaló si el presidente de Emtrasur estaba en calidad de testigo y «colaborando» con las investigaciones, como lo reportaron algunos periodistas chavistas.
Madelein García, también a través de X, señaló: «La idea era contratar el servicio de carga de Conviasa (y) el gerente de carga de la aerolínea, César Pérez, quien también es presidente de Emtrasur, alertó de la situación. Es decir, César Pérez, no está detenido, es testigo y colabora con la investigación».
Reportan 13 detenidos
Eligio Rojas, por su parte, indicó que por este caso están detenidas 13 personas. Entre ellas se encuentran Bárbara Gislaine Durán Almada, quien presuntamente cancelaría los fletes para el transporte de la carga; Mario Ricardo Prado Medina, encargado de ingresar la droga desde Colombia a través de trochas; y Daniel Alfonso Arévalo Chirinos, supuesto colaborador en el contrabando.
Se conoció también que el alijo estaba empaquetado en el estado Táchira por la comercializadora Café El Faraón, cuyo dueño, Daniel Sepúlveda, habría huido a Cúcuta, en Colombia.
