Un tribunal dictó libertad condicional con régimen de presentación cada 30 días y prohibición de salida de Venezuela al escritor venezolano Rafael Rattia, según denunció Provea.
La medida se ejecutó durante la presentación de Rattia ante tribunales este sábado por la tarde, luego de su detención arbitraria y allanamiento a su vivienda este jueves en Maturín, estado Monagas, por escribir un artículo de opinión titulado «El maestro millonario», referido a Aristóbulo Isturiz en la sección de Opinión de El Nacional.
«Lo dejaron bajo custodia y confiscaron su computadora portátil. Exigimos su liberación inmediata», denunció al momento de su detenciónMario G. Massone, embajador de Venezuela en Rumania designado por Juan Guaidó.
La ONG venezolana exigió la libertad absoluta del escritor y resaltó que la libertad de expresión no es un delito. «Exigimos libertad plena para Rafael, la libertad de expresión no es un delito», escribió en Twitter.
Rafael Rattia es historiador egresado de la Universidad de los Andes. Fue director-fundador del Archivo Histórico del Delta, director de la Biblioteca Pública Central Andrés Eloy Blanco y coordinador de Actividades Literarias del Ateneo Internacional de Fronteras Casa de las Aguas.
La censura
El pasado mes de abril un caso similar ocurrió con la escritora y periodista Milagros Mata Gil, miembro de la Academia Venezolana de la Lengua, y el poeta Juan Manuel Muñoz, «Moriche», por criticar la asistencia a una boda en plena pandemia del fiscal general del régimen, Tarek William Saab.
Permaneció dos días detenida por escribir un artículo en Facebook titulado «Fiesta mortal». En este se refiere a la celebración de la boda de dos influyentes miembros de la poderosa comunidad árabe de Puerto La Cruz, a la cual Saab asistió como invitado.
Según señalaba, miembros de esa comunidad asistieron a finales de febrero de este año a la boda con 800 invitados en el Club Sirio.
Según reseñaron medios nacionales, luego de la fiesta más de 150 personas salieron contagiadas de covid-19.
Por esta razón, al igual que a Rattia, la escritora y el poeta fueron puestos en libertad bajo medidas cautelares: orden de presentación en los tribunales cada 30 días y se les confiscaron sus teléfonos móviles.