Las autoridades iraníes cerraron este lunes el diario reformista Sazandegi (Construcción) “por propagar rumores y artículos falsos” tras la publicación de informaciones sobre las protestas que sacuden el país y criticas al Gobierno por su gestión económica.
La Cámara de Supervisión de la Prensa anunció el cierre del diario debido a la violación del párrafo 6 del artículo 11 de la Ley de Prensa de la República Islámica, informó el periódico reformista Shargh.
Esa norma prohíbe la difamación de instituciones y altos cargos y la diseminación de rumores, contenidos infundados o falsas declaraciones, entre otros.
Sazandegi ha publicado multitud de informaciones acerca de las protestas desatadas por la muerte en septiembre de Mahsa Amini tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo islámico y sobre las detenciones de periodistas.
A finales de octubre publicó en su portada las fotos de 13 periodistas detenidos por informar de las protestas bajo el titular “El periodismo no es un crimen”.
También llevó a su portada la conmemoración de los 40 días de la muerte de Amini, una fecha de luto muy respetada en el país, y que desembocó en fuertes protestas.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ocupó la portada del diario en octubre con el titular “Malas compañías”, en una referencia a la creciente alianza entre Teherán y Moscú.
No han faltado las críticas al conservador presidente de Irán, Ebrahim Raisí, y a su gestión económica y política.
Recientemente llevó a su primera página el alto precio de la carne, un producto que muchos iraníes ya no pueden permitirse, en una polémica portada.
Sazandegi fue fundado en 2018 por el Reformista Partido del Consejo de la Construcción, vinculado al expresidente del país Akbar Hashemí Rafsanyaní, figura clave de la Revolución Islámica de 1979.
Casi 500 personas han muerto en las protestas y cerca de 20.000 han sido detenidas, según la ONG Iran Human Rights, con sede en Oslo.
Los informadores no se han librado de la represión estatal y 95 periodistas han sido detenidos desde el comienzo de las protestas por realizar su trabajo, de los que unos 40 han sido liberados, según el Comité para la Protección de Periodistas, con sede en Nueva York.
Reporteros Sin Fronteras (RSF) denunció en diciembre el “recrudecimiento de la represión en Irán”, un país que “con la represión de las protestas ha escalado al podio de los carceleros” de informadores.