El acuerdo ya existe y fue anunciado por las partes. El desafío está en cómo implementarlo. Este martes 31 de enero, los representantes de Venezuela y el Reino de los Países Bajos se reúnen en Curazao con el objetivo de definir los detalles técnicos para la pronta reapertura de la frontera con el Caribe Neerlandés.
Caracas y La Haya anunciaron el 13 de diciembre de 2022 “su voluntad de trabajar conjuntamente en la implementación y ejecución de la reapertura gradual de la frontera”. El comunicado de la Cancillería venezolana apuntaba que las partes se comprometían a “celebrar la III reunión de consultas técnicas en Willemstad, Curazao, a corto plazo, tratando principalmente, pero no exclusivamente, el comercio marítimo transfronterizo gradual de productos”.
El régimen de Nicolás Maduro cerró la frontera en febrero de 2019, en el pico de la crisis política nacional. En ese momento, Estados Unidos, las potencias europeas -incluido Países Bajos- y la mayoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) reconocieron al líder opositor Juan Guaidó como Presidente encargado de Venezuela y, a su vez, Curazao sirvió como uno de los centros de acopio para la ayuda humanitaria que la oposición trató de hacer ingresar a territorio venezolano.
A pesar de sumarse a la política de “máxima presión” sobre Maduro, La Haya aclaró que el apoyo a Guaidó “no conllevaba la obligación legal de romper relaciones diplomáticas” y mantuvo su trato “con los representantes de Maduro porque son los que tienen la autoridad efectiva en sus manos”.
Países Bajos ha subrayado que este “diálogo a nivel técnico” con el objetivo de reabrir paulatinamente las fronteras, no implica el reconocimiento de Maduro como mandatario legítimo. De hecho, ha declarado que continúan preocupados por el estado de la democracia en Venezuela, el respeto a los derechos humanos y la emigración masiva de venezolanos a las islas del Caribe Neerlandés.
Tarea compleja
A días de cumplirse cuatro años del cierre de la frontera, son muchos los puntos a revisar. “Hay aspectos técnicos, ha cambiado la situación de los puertos, los trámites, hay una visa -que se pide a los ciudadanos venezolanos-, los temas arancelarios”, adelantó el primer vicepresidente de la patronal Fedecámaras, Adán Celis, tras conversar con sus pares del Caribe Neerlandés en Aruba el pasado 13 de enero.
Además de tener como prioridad retomar el “comercio marítimo transfronterizo”, el comunicado que emitió la Cancillería venezolana en diciembre señala que explorarán mecanismos para “la reactivación gradual de las conexiones marítimas y aéreas entre Venezuela, Aruba, Bonaire y Curazao”.
El ministro de Transporte y presidente de Conviasa, Ramón Velásquez Araguayán, aseveró el 20 de enero que el plan de expansión de la aerolínea estatal incluye “conectar a Punto Fijo (estado Falcón) con Aruba, por lo que el 31 de este mes van las comisiones a Curazao”.
Tras la regularización de las relaciones con Colombia, Conviasa aspiraba a volar a Bogotá; sin embargo, le cortaron las alas a causa de las sanciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos contra la empresa. “Nos recordaron textualmente que Colombia no puede recibir a la aerolínea (Conviasa) porque está sancionada”, informó el embajador colombiano en Caracas, Armando Benedetti.
El régimen venezolano afirma que “el proceso de apertura con las islas ABC (Aruba, Bonaire y Curazao), se inscribe en los esfuerzos de la Diplomacia Bolivariana de Paz, que se traduce en oportunidades para el desarrollo económico, social y cultural de nuestro país y su relación con importantes territorios de nuestros vecinos caribeños”.
Seguridad y migración
En una declaración ofrecida el 3 de octubre de 2022, la primera ministra de Aruba, Evelyn Weber-Croes, reconocía que tenían “sentimientos mixtos” ante la eventual reapertura de la frontera. Por un lado, indicaba que el sector comercial espera poder importar frutas, verduras y materiales a precios más bajos, lo que ayudaría a combatir la inflación. Pero por el otro, reconocía su preocupación por la seguridad y la migración ilegal, resaltando que el número de venezolanos indocumentados que residen en la isla equivale al 15% de su población total.
En el pasado, Aruba y Curazao figuraban en la lista de los destinos preferidos por los turistas venezolanos. Hoy forman parte de los países que han acogido a los 7,1 millones de venezolanos que han huido de la emergencia humanitaria compleja que lacera a su patria.
Organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional han denunciado los abusos y maltratos sufridos por los venezolanos en las islas del Caribe Neerlandés.
Otro asunto espinoso sobre la mesa es el narcotráfico. El pasado 30 de septiembre, Maduro expresó: “Los gobiernos de Aruba, Curazao y Bonaire deberían estar en coordinación directa con el gobierno bolivariano de Venezuela; deberían entender la importancia estratégica de la cooperación entre el Reino de los Países Bajos y Venezuela, porque esta es una de las rutas del narcotráfico colombiano hacia Europa”.
A mediados de diciembre pasado, el jefe del Comando Estratégico Operacional (Ceofanb), general Domingo Hernández Lárez, informó que en un operativo realizado en la península de Paraguaná la Fuerza Armada incautó más de 3 toneladas de droga. En septiembre de ese mismo año, el propio Hernández Lárez había dado cuenta de una operación récord al detectar más de 2,8 toneladas de marihuana en Falcón.
