Los equipos de rescate continúan este lunes los trabajos para recuperar el cadáver del niño de 10 años que cayó el pasado 31 de diciembre en un pilote de cemento hueco de 35 metros de profundidad en el sur de Vietnam.
Nueve días después de que el pequeño Thai Ly Hao Nam cayera en el estrecho hoyo de 25 centímetros de diámetro y tras ser declarado muerto el pasado miércoles, los expertos vietnamitas, con la ayuda de un equipo japonés, siguen buscando la manera de extraer el pilote en un terreno complicado por la cercanía del río y sin la maquinaria necesaria para acelerar la operación.
Según el periódico Than Nien (Juventud), el último plan consiste en la introducción de un cilindro de acero alrededor del pilote a una profundidad de 24 metros, sacar la tierra de alrededor y enganchar el pilote para facilitar su extracción con una maquinaria hidráulica usada para mover cargas especialmente pesadas.
A pesar del tiempo transcurrido desde el accidente, las autoridades tampoco están seguras del lugar en el que el niño, que pesaba apenas 20 kilos, quedó atrapado dentro del pilote.
Las cámaras de seguridad de la empresa de construcción captaron el momento en el que el niño desaparece súbitamente al caer por el hoyo mientras caminaba por un terreno irregular de las obras de un puente adonde había ido junto a tres vecinos a recoger metal.
Tras el accidente, testigos declararon que le oyeron pedir ayuda durante 10 minutos después del suceso.
Desde que ocurrió el accidente, unos 350 rescatistas, entre ellos policías y bomberos, se han desplazado al lugar para rescatar al menor.
Los primeros días, ante la incertidumbre de su estado, los rescatistas estuvieron bombeando oxígeno al agujero para que el menor pudiera seguir respirando, hasta que los expertos forenses lo declararon muerto a los cuatro días.