La necesidad de reestructurar la deuda pública de Venezuela, buscar financiamiento internacional y ofrecer garantías a los inversionistas son los enfoques clave de varios aspirantes opositores que compiten en unas primarias para escoger el candidato a las elecciones presidenciales de 2024.
Algunos de los 14 precandidatos a las elecciones primarias del 22 de octubre han comenzado a divulgar parte de sus propuestas para recuperar la economía, que estuvo bajo un colapso durante ocho años por el modelo estatal de controles, la crisis del sector petrolero y las sanciones estadounidenses.
Tras la dolarización de facto, la economía empezó a mostrar una incipiente recuperación, pero este año se vuelto ha desacelerar con una inflación anual de 404%.
La oposición venezolana, a menudo dividida, busca derrocar al presidente Nicolás Maduro, quien gobierna el país desde 2013. Las últimas elecciones que ganó en 2018 fueron ampliamente condenadas por las democracias occidentales como fraudulentas.
Varios precandidatos opositores están inhabilitados para ejercer cargos públicos, incluida María Corina Machado, que está adelante en las encuestas de opinión para las primarias.
Las primarias se llevan a cabo sin apoyo estatal. Los aspirantes inhabilitados pueden participar en ellas, pero no podrían registrarse para las elecciones generales, lo cual se debate dentro de la oposición.
La campaña también ha continuado a pesar de un esfuerzo para buscar que el máximo tribunal de Venezuela suspenda las primarias por acusaciones no especificadas de irregularidades y la promesa del líder del partido gobernante de no permitir la presencia de observadores electorales de la Unión Europea.
Si triunfa, Machado buscaría una reestructuración amigable de la deuda, dijo Sary Levy, economista y asesora de la precandidata.
La deuda de Venezuela y PDVSA supera los 60.000 millones de dólares, pero las obligaciones crecen debido a los pagos pendientes por varias de las expropiaciones realizadas en el gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez, y que analistas estiman en más de 10.000 millones de dólares.
«De los bonos que surjan de una reestructuración de deuda algunos podrían ser elegibles para un canje de deuda por inversión, en un programa de privatizaciones que incluya al sector petrolero», dijo Levy. También buscaría restablecer relaciones, actualmente suspendidas, con el Fondo Monetario y el Banco Interamericano de Desarrollo.
Cristofer Correia, miembro del equipo del aspirante, Freddy Superlano, dijo que «queremos recuperar la confianza y buscar acuerdos (con acreedores) que beneficien a las partes», y agregó que también tienen en la agenda buscar financiamiento internacional para recuperar el aparato productivo.
Carlos Prósperi, otro precandidato, también plantea renegociar la deuda, pero considera que antes debe evaluarse cuánta deuda se puede reestructurar, debido a que los procesos judiciales podrían afectar las negociaciones, señaló Armando Jaén, asesor económico del aspirante.
Los negociadores que representan a Venezuela han sostenido acercamientos con algunos tenedores de bonos y acreedores, a quienes Maduro dejó de pagar en octubre de 2017 en medio de menores ingresos petroleros y sanciones.
Varios acreedores ya han presentado demandas en tribunales para buscar cobrar las deudas impagadas, lo que ha puesto en riesgo al principal activo de Venezuela en el extranjero, el refinador estadounidense, Citgo, filial de la estatal PDVSA.
En los últimos meses, además fondos pequeños e inversores fuera de Estados Unidos han estado aumentando su exposición en bonos venezolanos ante la expectativa de una renegociación de deuda o de acciones legales, dijeron inversionistas en junio.
Henrique Capriles, dos veces excandidato presidencial y nuevamente aspirante a las primarias, ha manifestado en sus discursos que hay que conversar con los acreedores para la preservación de Citgo.
«Perder la refinería es un problema para el país», dijo el precandidato a Reuters en junio. «La Asamblea Nacional tiene que ser la instancia de interlocución con los activos», agregó.
La banca de inversión, Barclays, dijo este mes en un reporte que las elecciones de 2024 podrían presentar una ventana de oportunidad para encontrar una solución a la crisis política de Venezuela, que es un requisito previo para la reestructuración de la deuda soberana, pero agregó que era demasiado pronto para sacar conclusiones sobre el resultado de las elecciones.
La oposición ha propuesto redirigir a Estados Unidos unos 200.000 barriles por día de sus exportaciones a China para un fideicomiso con el fin de pagar a los acreedores que reclaman los activos extranjeros de la nación sudamericana.