Este emprendimiento que vio luz hace apenas 5 meses, nació con el fin de innovar y generar valor en el sector de la movilidad en el territorio nacional. Hoy, con más de 2.000 vehículos activos en 5 ciudades del país y más de 200 mil usuarios registrados en su plataforma digital, Ridery va más allá de mover a las personas desde un punto A, a un punto B. Este ride-hailing tropicalizado le muestra al venezolano como viajar de la manera que se merece.
En el proceso de transformación y evolución tecnológica de la ciudad, surge el concepto de Ciudad Inteligente (Smart City) que hace referencia a aquellos espacios que se apalancan en las tecnologías de la información y las comunicaciones para hacer que tanto su infraestructura, como sus componentes y servicios públicos sean más interactivos y eficientes.
En este sentido, uno de los pilares en el que se puede ver aplicado el concepto de smartcity es en la movilidad. Con Ridery, la ciudad es del pasajero y él mismo decide cómo moverse dentro de ella.
No es Uber, ni Cabify o Easy Taxi. Es una versión repotenciada y tropicalizada de esos servicios que está revolucionando la forma en la que el ciudadano común realiza sus traslados en Venezuela.
En conversación con El Nacional, Gerson Gómez, CEO y uno de los creadores de la marca, toma el volante de la compañía para, de primera mano, mostrarle a Venezuela y al mundo sus planes, propósitos y proyecciones a corto plazo.
Érase una vez
Una característica bastante común lo hizo destacar entre el resto. “El sujeto de la barba”, como es conocido gracias a las publicidades de Ridery, convirtió a Gerson Gómez en el rostro más frontal de una marca que prometió revolucionar la manera en que la movilidad funciona para los ciudadanos venezolanos.
Se define como un simple ser humano cuyo primer amor fue, y sigue siendo, la tecnología. Estudió Administración de Empresas en la Unimet, pero la hormiguita del emprendimiento siempre estuvo picándole la oreja para llevar a cabo sus sueños.
“He hecho de todo”, señaló Gómez. “Desde una página web de libros escolares, que llegó a ser una de la que más vendía en Mercado Libre en el 2012, hasta tiendas enfocadas en la venta de artículos electrónicos”.
Sin embargo, una empresa llamada Vuelto.com, algo parecido a Amazon pero para Venezuela, fue la que realmente marcó su vida. “Me dejó casi en la ruina. Aposté el todo por el todo en ella y perdí. Pero fue la mejor escuela que tuve, sobre todo siendo tan joven y, de hecho, me impulsó a fundar otro emprendimiento conocido hoy día como Hecho en Venezuela Store, el primer Marketplace enfocado en vender productos con sello venezolano”.
PreservArte, también forma parte de su vena emprendedora. Esta iniciativa, centrada en recolectar artesanía a lo largo y ancho de todo el país, impulsa el talento de los artesanos y hace de sus creaciones algo 100% sustentable.
“Hemos hecho millones de proyectos y eso al final hizo que me diera cuenta que soy 2 cosas además de ser humano: venezolano y emprendedor”, destacó. “Además, me motiva ayudar a los demás. Y si creando negocios puedo apoyar ciertas áreas que -como país- tenemos estancadas, bienvenido sea el cambio. Bienvenida sea la transformación”.
Dos mentes, un sueño
Durante la pandemia, en esos mal llamados tiempos de ocio, se sentó a pensar en la posibilidad de cambiar radicalmente la visión que se tiene de Venezuela, sobre todo la que proviene de sus mismos ciudadanos.
En ese momento nace el Plan País que, según su criterio, pudiese ayudar a levantar la economía de Venezuela.
“En Latinoamérica, una de las cosas que más ha impulsado la posibilidad de transformación en las masas tiene que ver con las plataformas tecnológicas y el apoyo que le brindan a los países y sus ciudades”, indicó Gómez.
“Después del impulso que los negocios virtuales como el delivery le hicieron al comercio electrónico, sobre todo aquí, entendimos que este es el momento perfecto para que nazca algo como Uber, pero con un twist”, recalcó.
El calendario marcaba diciembre del año 2020 y es cuando se decide a llamar a su gran amigo Ramón Rodríguez, radicado en EE UU desde hace algunos años, quien no dudó en ni un segundo en “echarle pichón” al proyecto.
Con su primer socio inversionista, nació Ridery: un sueño compartido de innovar generando valor en el sector de la movilidad y promoviendo la transformación de las ciudades a través de la automatización y sus múltiples beneficios.
Tú manejas, él maneja, Venezuela maneja
Un equipo de 4 personas inició este viaje. Se pusieron como meta, comenzar el servicio de transporte oficialmente el 1 de marzo de 2021. No fue exactamente esa fecha sino 15 días después que salieron al mercado y, desde ese momento, no ha existido nada ni nadie que los detenga.
Sus conductores, en primera instancia, fueron conocidos y referidos por la familia. De la misma forma, tocaron la puerta de empresas de taxis ya constituidas y así dar el paso hacia posibles alianzas. Hecho esto, a duras penas llegaron al tercer mes del 2021 con 100 conductores.
“No me preguntes cómo fue ni por qué, ni cómo, pero el primer día hicimos 9 viajes, el segundo 15, el tercero 25 y a la semana estábamos haciendo 80 viajes diarios”, subrayó Gerson. “Yo pensaba que hacer 100 era una cosa de locos; hoy creo que no hacerlo lo es”.
A la fecha, realizan un total de hasta 2.000 traslados diarios y su flota cuenta con más de 2.000 conductores activos en 5 ciudades de Venezuela. Desde aquel 15 de marzo de 2021, apenas han pasado 6 meses.
“Sí así empezamos, imagínate todo lo que está por venir”, señaló Gómez. “Esa sensación de desafíos, de objetivos cumplidos, sueños aún por realizar y vidas transformadas, es el motivo detrás de todo este emprendimiento. Dar saltos de fe tan grandes y tener plena confianza en el proceso, tiene todo el sentido del mundo cuando el resultado del negocio nunca deja de sorprenderte”, indicó.
La tecnología, su mejor aliada
Entre Caracas, Barquisimeto, Maracay, Valencia y Nueva Esparta, la empresa cuenta con un equipo interno que está conformado por 100 personas. Sin embargo, para dejar una huella a nivel tecnológico y mantener funcionando el eje central del negocio, Ridery cuenta con un grupo venezolanos radicados en Argentina.
Asimismo, el software con el que se mueve y funciona la marca, fue desarrollado gracias al apoyo de una empresa internacional especializada en geolocalización. “Es un equipo bastante variopinto pero la empresa es liderada completamente desde Venezuela”, indicó su fundador.
Gómez destaca que Ridery, como app, promete otro nivel tecnológico apalancado en el crecimiento de la compañía y en el servicio de los riders para con sus pasajeros. “Además, la app siempre está siendo modificada para que sus features eleven nuestro nivel de juego con respecto a otros que también busquen la transformación de un país en base a la tecnología”, recalcó.
Ridery tiene la premisa de ser más allá de una empresa que mueve a una persona desde un punto A a punto B; su propósito es mover a Venezuela entera. “Eso gracias a una gestión eficiente de su vehículo, de sus medios de transporte y todo lo que acontezca a su alrededor”, señaló.
Sustentabilidad en el tiempo
En el país han existido, al menos, un par de empresas creadas bajo el mismo concepto. Sin embargo, Gerson Gómez cree que nunca tuvieron éxito porque nacieron en el momento equivocado.
“No era el timing”, indicó. “Es así de sencillo. Todo se resumió al simple hecho de que no era el tiempo correcto para creer en una empresa con este concepto. Después del 2013, Venezuela entró en un proceso hiperinflacionario bastante complicado, una crisis enorme que prácticamente hacía imposible pagar las cosas así lo quisieras”, recordó.
Sin embargo, aclara que actualmente el momento es otro, sobre todo con el proceso de dolarización que al que se está ajustando el país y, con ello, sus ciudadanos. Asimismo, destacó que ese preciso modelo de negocio está validado en Latinoamérica, en países que pueden, de alguna manera, compararse con nosotros.
¿Pero entonces, qué hace diferente a Ridery? Ante esto, su CEO señala que el principal factor diferenciador es que tiene un know how local súper atinado a los intereses y las exigencias de los venezolanos.
Creando relaciones a largo plazo
“Venezuela tiene cosas muy particulares”, subrayó. “Por ejemplo, algo que hacemos es un proceso de certificación intensivo cosa que no hacen las empresas afuera. En Ridery invitamos al conductor a la oficina, un mecánico revisa el vehículo y un psicólogo lleva a cabo un test psicotécnico a cada individuo”, atajó.
Esta inducción es lo que les permite trabajar y formar parte de la flota. “Aquí no vendrás a inscribirte mediante una aplicación o por una página web, y es precisamente ese tipo de tropicalizaciones lo que hace de esta compañía una empresa que tiene un valor competitivo transformador si se compara con otras”, dijo.
El equipo de Ridery está absolutamente convencido de que necesita crear lazos y relaciones a largo plazo con los clientes. «Una de las cosas que nos enorgullece es que nuestros viajes han sido totalmente orgánicos; no hemos tenido que regalarlos para crear nuestra base de usuario. Nuestros clientes, a la fecha, nos usan al menos 4 veces al mes y repiten en un 50%», destacó Gómez. «Tenemos la base para poder asegurarnos a nosotros mismos y, por supuesto, a nuestros inversionistas, como un negocio a largo plazo. Y vamos por buen camino», subrayó.
Rescatando al taxista común
Ridery no viene a competir, viene a sumar. Y aunque, en un principio, la resistencia de la competencia no fue tanta, hoy día es un tema diferente. “Eso nos puso a pensar en cómo poner en marcha a un sector como el de los taxis en vez de levantar un muro entre nichos que quieren seguir construyendo al país”, destacó Gómez. “Quisimos, y aún lo hacemos, involucrar y rescatar la labor de todos ellos como choferes”.
Gómez cuenta que cuando lanzaron la plataforma, el mercado de los taxis estaba muy deprimido en Venezuela. “También entendimos que la valoración del mismo ciudadano era bastante negativa en cuanto al servicio», destacó. “Si a ese factor, añadimos el hecho de que los mismos taxistas querían cobrarle al usuario de más (al ver que no había flujo de carreras), se creaba un mayor rechazo”.
Ese círculo vicioso estaba latente en el sector, pero se convirtió en un motivo para que Ridery pusiera manos a la obra y buscara una solución. De hecho, el presidente de la Cámara Venezolana de Centros Comerciales (CAVECECO), preocupado también por la repercusión que trajo consigo el lanzamiento de la app entre las líneas de taxis, también formó parte de la ecuación.
Uniendo fuerzas
“Sostuvimos un largo encuentro con todos los choferes que siguen activos en la línea de uno de los centros comerciales más concurridos de la ciudad y nos llevamos una gran sorpresa al saber que había señores que tenían hasta 30 años detrás del volante. Todos valoran muchísimo lo que hacen”, rescató Gómez. “No son solo recuerdos y memorias sino su vocación de servicio los que fueron impactados».
Ante este desafío, la idea fue trabajar, rescatar y sacar de la depresión a esa industria. “Por eso, decidimos brindarles la tecnología que usamos en Ridery y ponerla al servicio de todos”.
Así nació Vamos Taxi, una app que actualmente está operativa y que tiene un punto importante en la entrada peatonal del Centro Comercial Sambil. “De esta manera, los taxis se incorporan en el tema de la movilidad tecnológica y en vez de ser catalogados como competencia, son aliados y parte de la familia. Nos convertimos en una misma comunidad”.
Atendiendo…
Trasladar a la familia, ayudar a las personas a mover las cosas que le importan, recorrer las calles con -o sin- rumbo fijo… Con Ridery, la ciudad es del pasajero.
Entre sus tantos proyectos, la empresa lanzó hace poco Ridery Cargo, que surgió debido a la necesidad de los clientes -y su curiosidad también- tras ver una publicidad con una 4×4 estilo pick up. «El uso de la camioneta para trasladar muebles o artefactos pesados que probablemente no tendrían cabida en un carro estándar fue un boom. La gente asumió que también hacíamos mudanzas», reseñó Gerson.
«Y aunque no es del todo así, prestamos el transporte para hacerlas. Hoy día tenemos alrededor de 120 pick ups dentro de la flota debido al crecimiento de la demanda de este tipo de transporte de carga pesada”, señaló.
Y entendiendo al usuario
Escuchando las peticiones de todos sus clientes, no solo se están realizando viajes a otras latitudes como La Guaira, Guarenas, Guatire y Los Altos Mirandinos, sino aquellos entre ciudades como Barquisimeto-Maracay, Valencia-Caracas, etc.
“Debido al auge de estos recorridos, estamos gestionando paradas especiales en donde el chofer se detenga cuando el usuario deba ir al baño o, simplemente, se necesiten estirar las piernas si el viaje es largo”, recalcó Gómez. “Esto será parte de un servicio completamente seguro y exclusivo de Ridery«.
Señala también que la tropicalización se realiza por ciudad, se adaptan a todo tipo de escenarios y a las necesidades que puedan presentarse. Se adelantan a ellas.
Familia con R de riders
Para trabajar en la flota lo único que se necesita es un vehículo en buen estado. Además, ser alguien que pueda adaptarse y vivir a través de los valores de la empresa comenzando por la vocación de servicio. «Queremos en nuestra familia a personas que verdaderamente se preocupen porque los demás estén bien. Esto es algo que se aprende en casa pero se refuerza en el trabajo», resaltó Gómez. «Nuestra empresa está repleta de gente proactiva; con espíritu emprendedor, y eso nos llena de un gran orgullo».
«Lo mejor que se puede lograr con los clientes es que quieran estar en tu negocio o usar tus servicios solo porque sí. Porque les provoca. Por la experiencia y lo que transmite», señaló.
Para Ridery, ser una marca tan cool que la gente siempre quiera relacionarse o verse involucrada con ella solo porque sí, es algo que está haciéndose realidad más rápido de lo que esperaban.
«La adrenalina y la emoción de moverte alrededor de un sueño es la clave de todo. Es nuestro fin último: que la gente nos vea como una empresa tan chévere y que agregue tanto valor al país, que el único remedio que quede es el de relacionarse con nosotros y ser parte de esta experiencia», finalizó.