Era la mañana del martes 11 de septiembre del año 1973, cuando dirigentes de la otrora juventud socialista del MEP éramos advertidos, en el liceo Rafael Rangel de Valera, donde cursábamos el quinto año de bachillerato, que se estaba desencadenando otro intento de golpe militar contra el Presidente Salvador Allende y el gobierno de la Unidad Popular en Chile.
En 1970 se había producido un hito histórico en las luchas politicas de las sociedades humanas por más justicia e igualdad. El pueblo chileno con el médico socialista Salvador Allende, como su líder, ganaba la presidencia de la República para las fuerzas democráticas de izquierda, con la oferta de una vía para construir el socialismo de manera pacífica, democrática y en pleno apego a la constitución del hermano país.
No era cualquier cosa…
No era cualquier cosa lo que ocurría en Chile. La ruptura de intelectuales de izquierda y partidos políticos populares y socialistas, en todo el planeta, con el modelo dictatorial y criminal de la Unión Soviética de Stalin y de la china de Mao, cobraban inusitada fuerza en la década de los sesenta y setenta. Así como, se cuestionaba el modelo foquista y de insurgencia guerrillera propiciada por la victoria de los comunistas cubanos.
En nuestro país Venezuela, el pensamiento rupturista de Teodoro Petkoff, liquidaba los puentes con el viejo dogmatismo marxista leninista y cuestionaba radicalmente al llamado ” socialismo real “.
Militaba, a mis 17 años de edad, en aquel debate que partidos como el MEP, el MAS y el MIR adelantaban para distanciarse de cualquier vía violenta para la toma del poder. La guerrilla venezolana había sido derrotada política y militarmente. La democracia se imponía como la mejor forma para dirimir las diferencias, teniendo como árbitro único, la soberanía Popular.
Salvador Allende se había convertido en un icono…
Salvador Allende se había convertido en un icono, una especie de héroe de las juventudes progresistas y de izquierda de América Latina y el Caribe. Todos apostabamos, quizás ingenuamente, al éxito de la experiencia de la vía democratica chilena al socialismo. Sus discursos y proclamas eran parte vital de nuestra práctica política de aquellos lejanos años.
Al transcurrir la mañana del martes 11 de septiembre nos reunimos los jóvenes dirigentes estudiantiles en la cancha deportiva del liceo. Un pequeño radio de pilas buscaba la onda larga para, angustiosamente, informarnos de lo que ocurría en Chile, y sobre el destino de nuestro líder Salvador Allende.
No fue verdad que el general Carlos Prats, militar leal a la constitución chilena, habría detenido el golpe. Era un mentiroso rumor . La felonia militar se imponía a sangre y fuego. El palacio de la Moneda era bombardeado. Augusto Pinochet y la junta de militares traidores a la democracia, comenzaban a escribir la noche más oscura en la vida republicana de los Chilenos.
Hacia las 2 de la tarde, las voces de aquella diminuta radio confirmaban con tardanza que el presidente constitucional de Chile había muerto en el palacio de gobierno La Moneda. Llenos de impotencia y sin llegar a descifrar la tragedia que duraría 17 años, nos abrazamos y comenzamos a llorar desconsoladamente.
La historia vivida es conocida. Una dictadura criminal…
La historia vivida es conocida. Una dictadura criminal integrada por militares fascistas, fueron responsables, entre 1.973 y 1.990, de acuerdo a varias comisiones de la verdad, de 40.175 víctimas, ejecutados políticos y detenidos desaparecidos, presos, torturados, perseguidos. Cuando Salvador Allende ganó electoral y democráticamente no hubo violencia. Cuando el fascismo se impuso, hablaron el tronar criminal de sus armas y el odio a la democracia y a las ideas.
Cincuenta años después, aún 377 personas ejecutadas sus cuerpos no han sido entregados a sus familiares y, solo 307 víctimas de desapariciones forzadas han sido identificadas. Aún se sigue haciendo justicia con militares torturadores, y continua encontrándose amorosamente hijos secuestrados/raptados con sus padres biológicos.
La tragedia de la democracia chilena…
La tragedia de la democracia chilena tiene su explicación histórica en la grotesca intervención del gobierno de Richard Nixon.
Solo con asomarse a documentos desclasificados de la época, lo verifican. El quiebre del diálogo democrático entre las fuerzas políticas que apoyaban al presidente Allende y la democracia cristiana, por lo menos con el ala dispuesta a concretarla, Patricio Alwin, entre otros. A la tremenda y absurda disputa al interior de la Unidad Popular que les colocó al borde de esquemas foquistas y de falta de compromiso democrático. Y por último, la crisis económica que empobrecio a los trabajadores desde el estancamiento de la producción, la escasez, la inflación y las huelgas patronales financiadas desde el exterior.
Este paréntesis de la vida chilena que les igualó a las dictaduras militares de Argentina, Uruguay, Bolivia y Paraguay, no es solo un registro histórico de la más descarada violación de los DDHH, es también, reflexión obligante para quienes creemos en la utopía que haga posible sociedades humanas donde se concilie la libertad y la justicia, se respete la vigencia plena de los DDHH, la democracia se conciba como convivencia y tolerancia con lo diverso y diferente, y la separación de poderes y la alternancia democrática sean valores constituyentes de nuestras instituciones republicanas.
Cuanto hemos aprendido del fascismo desencadenado…
Cuanto hemos aprendido del fascismo desencadenado aquel martes en que fallecía el presidente constitucional de Chile.
Hoy es el 50 septiembre de la muerte de nuestro líder y héroe, Salvador Allende, confieso entonces, que al volver sobre su vida y muerte, desde la juventud vívida en el tumultuoso 1973, su recuerdo vino con las mismas lágrimas vertidas en aquel, mi querido Liceo de combates estudiantiles.
Sus últimas palabras por radio Magallanes, son compañia para un siempre largo, con dolor y esperanza como ha sido: ” Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos, mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la patria”.
11-09-23
- Venezolano, Economista, profesor Universitario, ex parlamentario de izquierda, ex ministro de finanzas (2007-08)