El pasado lunes, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) determinó que la dictadura cubana es responsable del asesinato de los opositores Oswaldo Payá y Harold Cepero en 2012. El órgano de la OEA creado para promover la observancia y la defensa de los derechos humanos concluyó que agentes del régimen castrista provocaron el accidente automovilístico en el que murieron los dirigentes.
En diálogo con Infobae, Rosa María Payá, hija de Oswaldo y fundadora de Cuba Decide, narró sus sensaciones tras conocerse la resolución de la CIDH. “La verdad de los sucesos se ha impuesto y nos acerca a un futuro de justicia que sólo llegará cuando se cumpla el sueño de libertad de mi padre para Cuba”, comenzó.
“Nada compensará a nuestras familias, nada traerá de vuelta a mi padre y a Harold, pero sí él vive en la lucha del pueblo cubano por la libertad, en nuestro movimiento —Cuba Decide— y en los cientos de miles de cubanos que salen a las calles exigiendo democracia y haciendo con sus manos la “L” de liberación que comenzó como el signo del movimiento que él fundó y se ha convertido en el símbolo de libertad para todos los cubanos. En mi familia lo tenemos claro, como nos enseñó mi padre: ‘La noche no será eterna’”, remarcó.
El organismo fue contundente al considerar que existen “indicios serios y suficientes” para concluir que agentes estatales cubanos tuvieron participación en la muerte de Payá y Cepero. Esto es algo que Rosa María venía denunciando desde hacía una década.
“Después de 10 años luchando por la verdad y después de más de 10 años de persecución, propaganda, mentiras y odio propagados por el régimen cubano para ocultar su crimen, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos finalmente ha emitido su veredicto responsabilizando al régimen cubano por el asesinato de mi padre, Oswaldo Payá; y Harold Cepero. Ahora la verdad es finalmente oficial. Y esto es una victoria para todos los cubanos que han sido y son víctimas de la violencia de los dictadores”, consideró la activista.
Luego resumió cómo murió su padre, las circunstancias del accidente automovilístico y por qué desde el comienzo tuvo la sospecha —y mejor dicho, la certeza— de que fue el régimen cubano el que lo provocó. “Aquella tarde, cuando recibimos los primeros mensajes de texto reenviados de los sobrevivientes que pedían auxilio, ellos decían que estaban rodeados de militares, y que un auto los había embestido y sacado de la carretera”, recordó.
Y siguió: “Supimos que las amenazas de muerte que por años mi padre había recibido de parte de la seguridad del Estado y del mismo Fidel Castro se habían cumplido. Luego supimos que desde su salida en la mañana, vehículos de los agentes del Estado habían perseguido el auto de mi padre, hasta que varias horas después lo impactaron por detrás y ocasionaron la muerte de mi padre y de Harold. Toda la evidencia está detallada en el reporte publicado por la CIDH”.
Rosa María también hizo hincapié en la importancia de que la comunidad internacional preste atención a la conclusión de la CIDH y a la situación actual de Cuba. “Es crucial que todas las democracias del mundo pero especialmente las democracias de las Américas, que se reunirán la semana que viene en la Asamblea General de la OEA, se unan a esta condena oficial de la CIDH al régimen cubano; y actúen para ponerles consecuencias a los dictadores por este crimen y por sus continuos crímenes en la isla”, subrayó.
“Lo contrario, el silencio, es complicidad. Esa complicidad permite la impunidad, la misma impunidad con la que la dictadura mantiene a más de mil personas en prisión política. Hoy el terrorismo de Estado es la regla en la isla y para frenarlo es necesario que la comunidad internacional actúe. Las dictaduras sólo responden a la presión”, enfatizó.
Por último, se refirió a la decisión del Senado estadounidense de cambiar el nombre de la calle frente a la embajada cubana en Washington y nombrarla Oswaldo Payá Way. “En esa línea, el Senado de los Estados Unidos acaba de tomar el primer paso. Hace unas horas, aprobó por unanimidad un proyecto de ley para cambiar el nombre de la calle frente a la embajada de la dictadura cubana en DC en honor a mi padre. Los asesinos tendrán que pronunciar su nombre”, concluyó.