Rusia atribuyó el sábado a Ucrania y Estados Unidos la explosión que hirió a un escritor nacionalista y aseguró que derribó un misil ucraniano en Crimea, en nuevas acciones que, según expertos, anuncian una contraofensiva de Kiev.
El atentado, en el que murió el chófer del escritor ruso Zajar Prilepin, tuvo lugar por la mañana en la región de Nizhny Nóvgorod (centro-oeste), unos 400 km al este de Moscú.
Prilepin, de 47 años, es un ferviente defensor de la operación militar rusa en Ucrania, iniciada a finales de febrero de 2022.
“La responsabilidad de este acto terrorista, y de otros, no recae unicamente en Ucrania, sino también en sus padrinos occidentales, principalmente Estados Unidos”, afirmó el Ministerio ruso de Relaciones Exteriores en un comunicado.
Las autoridades judiciales rusas dijeron que habían detenido a un sospechoso, identificado como Alexander Permyakov, quien “durante el interrogatorio declaró que actuó siguiendo las instrucciones de los servicios especiales ucranianos”.
El incidente se suma a una serie de ataques que tuvieron lugar en las últimas semanas en territorios rusos o anexados por Rusia, en momentos en que se perfila una contraofensiva ucraniana.
Este mismo sábado, las autoridades rusas de Crimea afirmaron que derribaron un misil balístico ucraniano sobre esa península, anexionada por Moscú en 2014.
El Kremlin atribuye esos ataques a Ucrania, que desmiente cualquier implicación.