Es muy común que los centros de las ciudades de países europeos se pongan sus mejores galas para recibir la Navidad. Para ello, durante el mes de diciembre hasta el día de Noche Buena, pequeñas casetitas adornadas de arriba abajo con elementos decorativos navideños y luces, ofrecen preciosos adornos navideños y gastronomía local.
Lo ideal es tomarse al menos una semana para recorrer diferentes ciudades y conocer sus mercadillos navideños.
Nuestra ruta tuvo inicio en una de las ciudades más bonitas de Baviera: Bamberg.
Para llegar aquí, debemos volar hasta Nuremberg o hasta Munich y, una vez ahí, solo quedará dejarte sorprender por toda la belleza que desprende cada una de las ciudades y de los pueblitos que irás encontrando a tu paso.
AVISO: ¡Todos te recordarán a la Colonia Tovar!
Bamberg
En Bamberg recorrimos la Catedral de la ciudad, el antiguo ayuntamiento o Altes Rathaus, la “pequeña Venecia” y, por supuesto, su mercado navideño ubicado en Maxplatz, en el corazón de la ciudad, y cuyo origen se remonta a la mitad del siglo XIX.
El haber sido el primer mercado visitado en esta ruta le ha otorgado un valor adicional. En mi caso, ha sido donde he bebido el primer vino caliente al aire libre, donde he probado las primeras salchichas en tierras alemanas y donde he respirado ese aire navideño tan particular que se desprende en esta zona de Europa.
Este mercado se expande en los 2000 m2 que comprende la plaza y ofrece productos típicos de la época, como: salchichas típicas de la región, glühwine o vino caliente, spätzle (una especie de pasta típica), velas decoradas, adornos navideños, bufandas, guantes, etc.
El mercado, al no ser especialmente grande, se hace fácil de ver y de disfrutar. Además, Bamberg es sí misma, ofrece al turista una excelente opción para recorrer en poco tiempo una ciudad con mucha historia, que en algún momento fue considerada la capital del mundo, y declarada en la actualidad como Patrimonio Mundial de la Unesco. ¡No te la puedes perder!
Nuremberg
Apenas ingresas por las murallas que delimitan el centro, tienes la sensación de estar atravesando el umbral de la puerta que te transporta en fracciones de segundos al siglo XV.
La arquitectura renacentista predominante te va acompañando durante todo el camino que conduce hasta el Hauptmarkt, plaza que acoge cada año el tan famoso mercadillo de navidad. En este mercado, así como en el de Bamberg y el resto que veremos, los productos que se ofrecen se repiten. La diferencia la marcará la cantidad de puestos que los ofrezcan básicamente y alguna salchicha típica de la zona, como es el caso de la de Nuremberg, que es más pequeña de las que estamos acostumbrados a ver. ¡Está muy buena, por cierto!
En un costado de esta plaza se yergue Frauenkirche, una iglesia gótica preciosa cuyas figuras del reloj que está en su cara externa “bailan” cada mediodía.
En todos los mercados te ofrecen el glühwein en vasos con diseños alusivos a la época. Cuando pides el vino te cobran 1 € más como depósito, cuando acabas devuelves el vaso y te devuelven el euro. Pero si quieres quedarte con un vaso bonito que te sirva como souvenir y recuerdo de tus días de mercadillo, por solo 1 € lo puedes tener. Y si además, el vino caliente no es lo tuyo, el chocolate caliente puede ser una buena opción para evitar que te congeles y para que puedas llevarte tu vasito.
Estrasburgo
A 350 Km al oeste de Nuremberg, en Alsacia, Francia, encontramos la capital económica y cultural de la región: Estrasburgo. Esta ciudad es una auténtica joya declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO gracias al encanto medieval que la caracteriza.
En diciembre, la ciudad cobra especial protagonismo gracias a su mercadillo navideño, el más importante de Francia. Los puntos de venta se distribuyen por diferentes sitios de la ciudad, siendo los más importantes: el de la plaza Broglie y el de la Catedral, con su famoso reloj astronómico.
Colmar
Conocida como la ciudad de los vinos, como la más alsacianas de las ciudades, como la pequeña Venecia… Colmar destaca sin duda por su extraordinaria belleza y su arquitectura de cuento. Es una ciudad para disfrutarla y saborearla despacito. Vale la pena.
De ella destacaríamos: sus fachadas medievales, el olor a navidad que se desprende en cada esquina, los cuatro mercadillos distribuidos por la ciudad y sus canales de agua. Estos últimos son especialmente bonitos.
Friburgo de Brisgovia
Después de nuestra breve visita al extremo este de Francia cruzamos nuevamente la frontera y nos introdujimos en la ciudad más cálida de Alemania: Friburgo, ubicada en la región de Baden-Wurtemberg y puerta de acceso a la Selva Negra.
En Friburgo destaca su Catedral: Freiburger Münster del siglo XI, las puertas de la ciudad (Martinstor y Schwabentor) y la plaza del ayuntamiento. Aunque su mercado es más bien pequeño, podría convertirse en la excusa perfecta para parar y pasar un día aquí.
Munich
Para terminar nuestra ruta de mercadillos navideños, hablaremos de Munich. Su principal mercado se encuentra en la Marienplatz donde más de 150 puestos de madera se dan lugar. Justo detrás se encuentra el Altes Rathaus o antiguo ayuntamiento y, entre ambos, un enorme árbol de navidad, de casi 30 metros que ilumina el ambiente con sus casi 2500 luces.
De esta zona se desprenden varias vías en las que también se dan cita cada año varios puestos de mercado para ofrecer los infaltables: glühwein, los pancitos con salchicha, accesorios para cubrirte del frío y adornos navideños, por si acaso en el camino olvidaste comprar los regalitos para casa.
Y qué mejor que después de una buena ruta de shopping navideño, terminar en una pista de patinaje sobre hielo. ¡Planazo!
Beatriz López Díaz
CEO de Inspirience
IG: @Inspirience