La Guardia Civil española arrestó a un sacerdote de origen venezolano que ejercía su ministerio en tres municipios de Málaga, acusado de acosar a una mujer con la que había convivido en la casa parroquial.
Según la versión de la víctima, el sacerdote la habría perseguido e intimidado en varias ocasiones, incluso en la carretera.
La mujer, también venezolana, había compartido vivienda con el cura en Canillas de Aceituno, Sedella y Salares, junto a otros compatriotas, pero no habían mantenido una relación sentimental. Debido a las desavenencias con el sacerdote, decidió mudarse a Madrid, donde denunció el acoso que sufría por parte de él.
El cura le enviaba llamadas, mensajes y correos electrónicos para pedirle que regresara a Málaga.
La mujer amplió su denuncia en la Policía Judicial de Vélez-Málaga, donde relató que el sacerdote había incumplido la orden de alejamiento que le prohibía acercarse a menos de 300 metros de ella o de cualquier lugar que frecuentara.
Según su testimonio, una vez que conducía su coche por la autovía A-7, el cura la adelantó y se burló de ella. Luego se situó delante de su vehículo, redujo la velocidad y le dio las luces largas a poca distancia. Esta actitud la repitió durante un tiempo, hasta que la mujer logró escapar.
El sacerdote fue detenido por la Guardia Civil a principios de septiembre por quebrantar la orden de alejamiento. Tras declarar ante los agentes, pudo volver a su casa.
El cura tiene 38 años y fue ordenado en 2015. Llegó a Málaga en 2018 y residía en el estado La Guaira en Venezuela. Su abogado ha negado “en rotundo” los hechos que denuncia la mujer.
Postura del Obispado de Málaga
El Obispado de Málaga ha emitido un comunicado en el que niega que el sacerdote haya sido detenido y asegura que se encuentra de retiro unos días fuera de su pueblo. Además, ha señalado que tanto el cura como la mujer se denunciaron mutuamente por acoso y que solo le impusieron a él la orden de alejamiento.
El Obispado ha manifestado que conocía las desavenencias entre ambos, pero que no podía intervenir al tratarse de “cuestiones personales entre dos mayores de edad”. Asimismo, ha indicado que desconocía la existencia de la orden de alejamiento y que está estudiando qué medidas adoptar ante unas acusaciones que considera “graves”.
Por último, ha pedido esperar a que finalice la investigación judicial para hacer una valoración justa.
Sin embargo, según las últimas versiones, el Obispado de Málaga ha iniciado el procedimiento para rescindir el convenio de colaboración que tiene con la Diócesis de San Fernando de Apure (Venezuela) después de la detención.
Con información de elpublique.me / EFE y religióndigital