Todos los días un niño se sienta a ver un gol en la televisión y se promete llegar a ser un futbolista profesional. Sandro es la historia de ese niño que lo logró.
Como todo emigrante que se va de su país Paolo Notaroberto y Flora Peci llegaron a Venezuela con “una mano adelante y otra atrás” solo con la esperanza de llegar a tener su propio techo. El clima frío de San Antonio de los Altos los enamora recordándole los largos campos verdes de su natal Roma. Es en este pequeño pueblo a solo 14 kilómetros de la capital donde Paolo y su esposa formarían una familia junto a sus dos hijos Nicola y Sandro.
“Sandro siempre fue el más piccolino de la casa, tremendo, incansable y destructor” Nos comenta el padre de Sandro. “Siempre estaba dándole patadas a su hermano mayor y a sus amigos, jajaja y no ha cambiado nada” Y cuánta razón Sandro es uno de los defensores más aguerridos de la liga venezolana de futbol profesional. Sus entradas son tan efectivas que con tan solo 20 años (10/03/98) es clasificado como uno de los laterales más prometedores de Venezuela.
“Sandro cuenta con una zurda envidiable, tiene una buena altura de 1,85m, no es rápido, pero tampoco es lento, va bien por arriba, va mejor por abajo. Pero su mayor virtud es su inteligencia en el juego” Son algunos de los elogios que vienen de su ex entrenador Henry Meléndez en categorías inferiores y luego en la sub17 del club Atlético Venezuela.
Notaroberto debuta en la primera de Venezuela en el Deportivo La Guaira en la temporada 2015-2016 con 17 años en una de las posiciones más difíciles del deporte, Lateral Izquierdo. Esta temporada sumó 5 apariciones y 2 arcos en 0. Números importantes para un debutante.
Le preguntamos a Henry ¿Cómo fue el camino de Sandro para lograr su sueño?
– Henry: No hay camino fácil en la vida de un futbolista. Sandro nunca fue tocado por la magia del fútbol, como le ha pasado a mucha de las estrellas que vemos hoy en día en primera división. Esa bendición del toque de pelota paso por un lado cuando le brindaron sus dones. Pero Sandro pudo obtener uno de los dones más importantes para el deporte, La Inteligencia.
– Michel: ¿Más importante que la técnica?
– Henry: ¡Claro! con técnica, pero sin inteligencia terminas en un club de segunda cobrando un sueldo mínimo. La inteligencia hace posible que un jugador tosco se vuelva uno de los mejores lectores de juego y a su vez un buen defensa. Eso es lo que logró Sandro.
Meléndez termina la entrevista haciendo referencia a las incontables horas extras de Sandro fuera del campo, donde mantenía una comunicación constante con su entrenador. “Luego de llegar de un día largo y agotador de entrenamiento solo quería bañarme y descansar con mi familia. Pero nunca lo logré, siempre tenía un mensaje, un video, una foto en mi teléfono de Sandro preguntándome sobre una jugada, o sobre un momento del partido que necesitaba entender”
Paolo nos recibió en la misma casa donde se crio Sandro. Uno puede imaginarse lujos y fotos de Sandro por toda la casa, en las paredes, en las mesas, en cada uno de los portaretratos. Pero no es así “Sandro es mi hijo, no ha cambiado nada, Nicola también es mi hijo, y por acá tengo a mis sobrinos, mi esposa. Todos ellos son tan importantes como Sandro, en mi casa el único favoritismo es a la Azzurra”
– Michel: ¿Alguna vez pensaron que Sandro llegaría tan lejos?
– Paolo: Nunca, el fútbol era una manera de tener a mis hijos ocupados por las tardes, más nada. Todo cambió cuando Sandro fue llamado a participar con la selección de Miranda y luego a realizar pruebas en el Atlético Venezuela FC.
Nosotros no conocíamos a nadie, cuando llegamos a las pruebas los padres estaban hablando con los entrenadores, con los directivos y en ese momento le dije a Sandro que no se hiciera ilusiones. Para nuestra sorpresa Sandro fue llamado al siguiente día y así hasta llegar al equipo.
– Michel: ¿Cuál cree que fue el secreto del éxito de Sandro?
– Paolo: Principalmente, que no le tiene miedo a nada y luego su deseo interno de ser jugador. Sandro tuvo 2 lesiones muy fuertes y el sigue cómo una cabra. Sin medir y sin miedo, eso es lo que lo hizo llegar a donde está. Esa convicción de que él puede hacer las cosas.
El lateral izquierdo del Deportivo La Guaira sufrió las mismas lesiones que retiraron de la cancha al gran Ronaldo Nazario, el miedo más grande de todo futbolista, el ligamento cruzado anterior, una en cada rodilla. A pesar de estas lesiones Sandro volvió al campo en el partido de vuelta de las semifinales del máximo torneo venezolano llevando a su equipo al segundo lugar de la competencia luego de caer frente al Deportivo Lara.
Sandro nunca se notó dubitativo en el campo, se jugaba cada pelota cómo un niño de 13 años al cuál sus rodillas jamás han conocido el suelo. Barridas de 3, 4 metros para evitar el contragolpe de un contrario. Centros rasantes buscando el pie de un compañero, fueron unas de las jugadas más impactantes para un jugador que volvía al campo luego de estar 6 meses en reposo por su intervención quirúrgica.
Dentro de su palmarés Sandro no ha podido alzar el trofeo de la primera división venezolana, quedando dos veces como subcampeón. Pero ya cuenta en su medallero La Copa de Venezuela del 2015 y 2016. A pesar de estos trofeos, y de participar en La Vinotinto en sus categorías inferiores, el lateral izquierdo del Deportivo La Guaira sigue siendo ese niño tremendo que sonríe al patear a su hermano y a sus vecinos cuando sale una pelota de futbol sala por la cancha.
Michel Placeres
