La temible Dirección General de Contrainteligencia Militar y el Servicio Bolivariano de Inteligencia fueron cazando a los humildes dirigentes obreros, quienes creyeron que bastaba con considerar legítima su lucha, sin sospechar que un régimen cruel no tiene intenciones de mejorar condiciones obreras sino mantenerse en el poder.
La exigencia principal de los manifestantes de SIDOR, desde el día uno, era la dolarización de los salarios. Sorpresivamente la protesta, que parecía focalizada en los siderúrgicos, recibe apoyo de cientos de obreros de las otras empresas básicas, Alcasa, Venalum, ferrominera, Maderas del Orinoco, incluso jubilados y gente común del pueblo. La protesta paralizó la llamada zona del hierro. El Gobierno envió a su organismo represivo por excelencia, la DGCIM, a la que se le sumó el SEBIN y dependencias militares; fueron detenidos 18 trabajadores y otros amenazados. Los dirigentes de la protesta no pudieron enfrentar la arremetida policial. El quinto día de protesta, la solicitud obrera fue: libertad para los trabajadores y la dolarización de los salarios. Solo lograron la primera, pero con condiciones. El Gobierno aplastó los sueños de tener mejores condiciones económicas, sociales y laborales.
El lunes 9 de enero 2023, como otras veces, un grupo de trabajadores de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), específicamente de SIDOR (Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro), reclamaba mejoras salariales. No era la primera vez que obreros de esas y otras empresas metalúrgicas o de aluminio, se paraban en los portones, para protestar ante el cada vez más deteriorado salario, con el agravante de la destrucción de los beneficios médicos, de educación y recreación que hace años recibían.
Esta vez pareciera que una catarsis estalló entre los sidoristas, también en otros metalúrgicos, los del aluminio, los eléctricos, a quienes se les fue sumando gente común, afectada por la destrucción del poder adquisitivo del bolívar (la moneda nacional en Venezuela), mientras todo hay que pagarlo en moneda extranjera (dólar, peso colombiano, real brasileño).
Los dirigentes de la protesta, actuaron con nobleza, pero no liderizan organizaciones sindicales ni partiditas. Ante el clima de desconfianza que desde la revolución bolivariana principalmente se creó contra los sindicatos y el desprestigio de los partidos políticos, en una peligrosa tendencia antipartido, los lideres de la protesta no permitieron la participación, ni siquiera asesoramiento, de los curtidos dirigentes obreros y sindicales, preparados para discutir ante el patrono.
La temible Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) y el Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) fueron cazando a los humildes dirigentes, quienes creyeron que bastaba con considerar legítima su lucha, sin sospechar que un régimen cruel no tiene intenciones de mejorar condiciones obreras sino mantenerse en el poder.
La periodista Jhoalys Siverio informó, el 12 de enero, que el trabajador de Sidor Ángel Bolívar “recibió nuevamente, en su domicilio, la visita de un fiscal y militares, para una citación y amenaza de orden de captura. Lo mismo ocurrió con César Soto”. El día antes “funcionarios del SEBIN estuvieron en el domicilio de José Basanta, dirigente sindical de Bauxilum en Ciudad Bolívar, quien no estaba en su residencia”.
Es así como son perseguidos y encarcelados 18 personas, entre ellos cuatro líderes de la empresa Bauxilum: Luis Coro, David Torres, Juan Salas y Enyerbel León. Los metalúrgicos: Remys Ramos, Fray Toledo, Avilio Manrique, Juan Carlos Arias, Juan Mendoza, Nery González (liberada poco después), David Torres, Luis Coros, Ronald Hernández, Dennis Torres y Luis Santoyo; los detuvieron cuando fueron a buscar agua y comida para continuar la protesta. Los imputaron por incitación al odio y obstrucción al paso en la vía pública.
Hasta el momento manejamos una cifra de 19 detenidos, pero a esta hora (4 de la tarde del sábado 14 de enero) todos están en libertad. Los últimos fueron atendidos por el Tribunal de Control hace algunos momentos. Todos en libertad restringida, con presentación cada 30 días por ante el Tribunal”, le dijo a Infobae el abogado Javier González, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Colegio de Abogados del estado bolivar.
EL ACUERDO
El viernes, a las 11 de la mañana, se reunieron los líderes obreros que aún quedaban en libertad con el gobernador del estado Bolívar, Ángel Bautista Marcano Castillo, así como el diputado Roinald de Jesús Quiaragua y el alcalde del municipio Caroní en el estado Bolívar, Tito José Oviedo.
Hubo un acuerdo que lo único que tuvo de positivo fue la parcial libertad de los detenidos, porque les aplicaron la presentación al Tribunal cada mes, así como se les prohíbe participar en protestas. Los manifestantes acordaron la entrega de las 32 unidades de transporte de la empresa que mantenían retenidas, dispersar a los manifestantes y liberar el paso en la carretera entre Ciudad Guayana y Ciudad Bolívar.
Las redes de información de SIDOR, así como de plataformas del gobierno, sin el mínimo respeto por quienes hicieron el acuerdo, publicaron videos, fotos y mensajes asegurando que “la clase obrera organizada de SIDOR” había recuperado las unidades de transporte, agregando que “triunfa la paz” y “Sidor no se detiene”.
El escueto acuerdo entre los dirigentes de la protesta, la Central Bolivariana de Trabajadores y los funcionarios del gobierno regional y municipal, contempló ocho puntos, que se resumen en: no procesar el despido de ninguno de los choferes de los autobuses ni de los trabajadores que participaron en la protesta.
Solicitar la liberación inmediata de los detenidos, que no hayan sido presentados ante los tribunales”: el Gobernador intermedia para la liberación de los que ya fueron presentados ante el Tribunal.
Prometen incorporar “las propuestas presentadas por los trabajadores, a las que se presentarán en la mesa de diálogo en la ciudad de Caracas con las autoridades correspondientes: salario justo y suficiente indexación de diferencias generadas producto del dólar criminal”.
Se acordó instalar una mesa de diálogo permanente entre la presidencia de SIDOR y la CVG, los trabajadores y la Central Bolivariana de Trabajadores del estado Bolívar, para los temas como pagos de vacaciones, jubilaciones, entre otros. Así como la liberación inmediata de los autobuses propiedad de SIDOR y normalizar y despejar el libre tránsito en la Avenida Guayana. No se establecieron medidas o protocolos que garanticen el cumplimiento del acuerdo o las consecuencias del incumplimiento de las mismas.
IMPONEN DEFENSORES PÚBLICOS
El abogado penalista Iván Martínez Acosta dice que fue testigo como abogado de un trabajador de SIDOR. “¿Qué sucedió ayer en el Palacio de Justicia? Se veía venir la negociación de SIDOR con el gobierno por la libertad de sus trabajadores detenidos. Para algunos, SIDOR vendió su lucha, con todo respeto creo que SIDOR antepuso la libertad de padres de familia. El gobierno ya tenía un concurso de delitos que el Ministerio Publico llevaba la orden de imputar a este grupo de trabajadores”.
“Lo que sucedió en los tribunales se lo había señalado a los familiares de mi defendido, como algunos colegas. La acción que cometió el Tribunal Primero de Control que afecto al grupo de abogados, estoy claro que esa decisión no es culpa directa de la Juez y de los dos secretarios que con gallardía tuvieron que salir a enfrentar la decisión; ¡Qué irrespeto a los abogados que teníamos la responsabilidad de defender a los trabajadores! Más que ilegal fue una falta de ética e irrespeto por parte de quienes dieron la orden al tribunal de asumir esa conducta”.
Lo que hubiese sido más elegante, es que la juez hubiese reunido a los imputados, decirles ‘van a salir en libertad, pero vamos a hacer pasar a los abogados defensores y ustedes le van a decir que ustedes decidieron que los defendiera un abogado público’. Quedó muy mal haber comenzado la audiencia sin antes notificar a los abogados que teníamos dos días esperando para defender a los trabajadores y hay otra cosa importante que debe mejorar los tribunales de control que es no retardar el nombramiento de los abogados ya que eso se presta a hacer lo que sucedió”.
Dice que respeta el acuerdo asumido por los sidoristas. “Era necesario llegar a ello para salvar de una tortura a sus trabajadores, porque no es un secreto lo que hoy viven los diferentes presos políticos. En cuanto al maltrato de los tribunales contra los abogados mantengo que los jóvenes que dirigen ese tribunal no son culpables de eso; ellos lamentablemente son el instrumento que utiliza el régimen para atacar a quien ellos quieren. Además, la lucha no es solo de SIDOR, sino de todos nosotros”, finalizó diciendo Martínez Acosta.
A juicio de la periodista Francesca Díaz, “hoy mucha gente se siente decepcionada con el resultado de la protesta. Es difícil negociar cuando tienen a tu familia amenazada y a tus compañeros detenidos. La crítica es muy dura, pero son pocos quienes estuvieron los 5 días en el portón IV”.
Se organizó una reunión con una comitiva que no tiene competencia para subir sueldos; debió estar ahí el presidente de la CVG, el ministro de Industrias. La gobernación no tiene competencia en los sueldos de las empresas públicas. El segundo error fue impedir a los sindicalistas estar en la protesta y participar de la reunión. Un trabajador de base no tiene el conocimiento y la experiencia para este tipo de negociaciones. Incluso el acta, a la vista, carece de toda formalidad”.
“Este gobierno nos hizo creer que los sindicatos son “malos” y que ser “sindicalista” es algo sucio cuando no es así. Es una labor que requiere de conocimiento, oratoria, presencia. Fue muy fácil negociar con quien no conoce de leyes ni de salarios ni términos”, dijo Díaz, quien cubrió la protesta.
El veterano secretario general de Sintraferrominera, Rubén González, quien en el 2019 fue detenido en una alcabala del estado Anzoátegui cuando regresaba de una protesta en Caracas, lamenta que el Gobierno venezolano se burle de la lucha obrera. Reconoce, en conversación con Infobae, que a él y a otros dirigentes sindicales, los líderes sidoristas no les permitieron la injerencia en la protesta.
“Cuando nosotros llegamos a la protesta nos dijeron que no se podía hablar mal de Maduro ni del Gobierno. En la reunión, que llevó al acuerdo, no estuvo presente nadie de la presidencia de la empresa ni de la CVG, tampoco del Ministerio del Trabajo. Fue un acuerdo político que los dirigentes hicieron con la gente del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela) que no llenó las expectativas de los reclamos que estaban haciendo”.
González, quien pertenece a la Intersectorial sindical de Guayana, agrega que “estuvimos en el sitio, pero los compañeros, que pertenecen a la base obrera de Sidor, no querían porque dicen que somos de la Oposición y por supuesto que estamos en la oposición a este régimen; el enemigo Nr. 1 que yo tengo como dirigente sindical es el gobierno de turno. Yo he estado dos veces preso y sé que cuando uno se sienta a una mesa de discusión recibe mucha presión, pero uno debe mantener la posición en defensa de los trabajadores”.
“La protesta estuvo buenísima, hubo mucho apoyo de trabajadores de las empresas de CVG, de otras empresas, de maestros, de muchos otros que apoyaron. La gente tiene en su sentimiento y en su corazón salir a protestar. Y ese sentimiento está en toda Venezuela, pero debemos saber quién va a conducir esa protesta, porque si van a ser los mismos vendidos, los que no aguantan la presión o los mismos que colaboran con el régimen, pues se pierden los acuerdos”, finaliza diciendo González.