La cifra de ciudadanos rusos que entraron a Finlandia por carretera este jueves siguió aumentando tras el anuncio de movilización de 300.000 reservistas para luchar en la guerra de Ucrania y alcanzó los 6.470, informó este viernes la Guardia de Fronteras finlandesa.
De ellos, 5.959 cruzaron la frontera por la región del sureste finlandés, la más concurrida debido a su proximidad con San Petersburgo, lo que supone un aumento del 107 % respecto al jueves de la semana anterior, según datos de las autoridades fronterizas.
«La situación esta mañana: las colas en Vaalimaa y Nuijamaa son más largas que las de ayer (en Vaalimaa unos 500 metros). En el puesto fronterizo de Imatra la situación está tranquila», señaló la Guardia de Fronteras finlandesa en Twitter.
El miércoles, día en el que el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció la movilización de 300.000 reservistas para luchar en Ucrania, cruzaron la frontera sureste con Finlandia 4.403 ciudadanos rusos, un 57 % más que el miércoles de la semana anterior.
Las autoridades fronterizas no han proporcionado datos sobre el grupo demográfico al que pertenecen los rusos que llegan al país nórdico ni han confirmado que el aumento del tráfico fronterizo esté relacionado con el decreto de movilización, como sospechan muchos observadores.
Finlandia, que comparte con Rusia la frontera más larga de la Unión Europea (UE) -1.340 kilómetros-, exige un visado a los ciudadanos rusos que quieren entrar en el país, bien expedido por sus propios servicios consulares o por los de cualquier otro país del espacio Schengen.
Este visado les permite entrar legalmente en Finlandia, desde donde muchos rusos continúan viaje a otros países de la zona Schengen o a otros destinos no europeos.
El cierre del espacio aéreo a los aviones rusos y el bloqueo virtual de las fronteras terrestres de las repúblicas bálticas y Polonia para los nacionales rusos a consecuencia de la guerra de Ucrania ha convertido a Finlandia en la puerta de entrada de muchos rusos a la UE.
Las autoridades finlandesas han intentado -de momento sin éxito- que la UE acuerde prohibir la concesión de visados por turismo a los ciudadanos rusos para dejar de ser un país de tránsito.
Aunque Helsinki ha reducido un 90 % la emisión de visados a los rusos, legalmente está obligada a dejar entrar a quienes tengan un visado emitido por otro país del espacio Schengen.
Ante la falta de una postura europea común, el Gobierno finlandés está trabajando en una solución a nivel nacional que limite drásticamente la llegada de personas rusas, aunque respetando los compromisos legales del acuerdo Schengen.
«La voluntad del Gobierno es muy clara: creemos que hay que acabar con los viajes de ocio y el turismo ruso, y también con el tránsito a través de Finlandia, pero cómo lograrlo es una cuestión más complicada», afirmó el jueves la primera ministra finlandesa, Sanna Marin, en una rueda de prensa.
Según Marin, las tres repúblicas bálticas y Polonia han cerrado sus fronteras a los rusos alegando que su entrada supone una amenaza para la seguridad nacional, pero Finlandia -sostiene- no puede hacer lo mismo mientras sus autoridades no lleguen a la misma conclusión.
Para la primera ministra, el decreto de movilización de los reservistas rusos ha obligado a los funcionarios de los ministerios del Interior, de Exteriores y de la Guardia de Fronteras a revaluar si ha aumentado el riesgo para la seguridad nacional.