Sin respaldo real de ningún bando político y ante la indiferencia de la mayoría de la población, las organizaciones que combaten la discriminación contra estas personas celebran un 2021 de avances
Gabriela Mesones Rojo | Cinco Ocho
2021 fue un año de reactivación del activismo para las ONG y los movimientos de derechos civiles en Venezuela, a pesar de las restricciones de la pandemia. 2022 también empezó con fuerza, con la manifestación en Caracas a favor del matrimonio igualitario el lunes 31 de enero, donde decenas de personas acudieron a pedirlo al TSJ.
—2021 fue un año muy importante, con mucho activismo para exigir derechos, justicia y visibilizar los crímenes de odio. Hay un nuevo movimiento de personas jóvenes que quieren exigir derechos y están buscando nuevos medios y espacios para compartir información, experiencias y apoyo. #YoTeCreo es parte de este movimiento, que busca atacar muchos tipos de violencias basadas en el género. Esto es sin duda muy positivo —dice Prissila Solórzano, una de las voces más importantes en defensa de las mujeres trans en Venezuela.
Cinco8 habló con cuatro activistas trans por los derechos humanos acerca del nuevo panorama de su búsqueda por el disfrute de los derechos para todos en Venezuela, con gente joven que se incorpora, más organización y nuevos grupos, más denuncias de discriminación y violencia, más esfuerzos por educar respecto al universo trans. Todo esto sucede en un contexto donde la extensión de la extrema pobreza impacta más a quienes gozan de menos derechos y tienen pocas oportunidades formales de trabajo porque su identidad de género es distinta a la normativa social.
Kyara Madrid Lugo (ella)
Kyara ha sido activista en derechos humanos de las personas sexo diversas por ocho años. Formó parte de Amnistía Internacional, Venezuela Red LGBT y desde 2014 es la coordinadora de Transexualidad de la Fundación Asociación Civil Ciudadanía Diversa (CiuDiver), ONG de derechos humanos LGBTIQ del estado Zulia. También presta apoyo en actividades relacionadas con los derechos LGBTIQ de la Comisión de Derechos Humanos del Zulia (Codhez) y es parte en la secretaría de asuntos sexo diversos del partido Un Nuevo Tiempo Zulia.
¿Cómo se ve el panorama de los derechos de las personas trans, intersex y no binarias en Venezuela? ¿Cómo se organiza el activismo a lo largo del país?
Es bien sabido que en Venezuela existe una desconfianza generalizada con los organismos públicos, en especial con la actual Asamblea Nacional, debido a la falta de interés de estos organismos en crear leyes que beneficien al colectivo sexo-género diverso. En 2016 mi ONG, CiuDiver, formó parte de la redacción, promoción y presentación de un proyecto de ley para el reconocimiento e inserción social de la comunidad LGBTIQ+. Éste fue presentado en el Consejo Legislativo de Maracaibo pero no fue aprobado. En 2014 y 2015 varias organizaciones en conjunto con la sociedad civil llevamos a cabo una campaña nacional para recolectar las veinte mil firmas requeridas para presentar un proyecto de ley para permitir el matrimonio igualitario. Dichas firmas fueron entregadas a la Asamblea Nacional de ese periodo pero nunca se tuvo disposición en la discusión del proyecto. En el Zulia, históricamente una región poco tolerante con la comunidad sexo-género diversa, hay mucha discriminación hacia mi colectivo, en especial a las personas trans, que nos ha llevado a la exclusión educativa y laboral.
Yo particularmente tengo una profesión y muchas veces he llevado currículos a empresas de mi área ocupacional y siempre me rechazan por ser mujer trans.
Esto me ha llevado a tener una limitada calidad de vida, estoy más vulnerable que la mayoría en cuanto a mis derechos básicos como alimentación, vivienda, salud, etc.
Lucas Contreras (él)
Lucas es cocinero y ayudante del Maricafe en el primer Centro LGBTQ+ en Venezuela, en Mérida, un espacio libre de discriminación. Allí, Lucas brinda apoyo a las personas que van a recibir ayuda psicosocial, a los talleres o eventos de apoyo e información.
¿Qué espacios podemos encontrar en Mérida destinados a la protección de personas trans en el país?
En Mérida, una sociedad tan conservadora, el tema de ser trans es un tabú y hay discriminación y bullying, aunque en ocasiones, mientras no haya una muestra de algún documento de identidad, las personas suelen usar los pronombres correctos ante lo que perciben, ya sea una chica o un chico. En caso contrario, te ven como alienígena y hacen preguntas despectivas e invasivas.
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