«Soy caraqueño y desde niño venía a esta montaña y a este manantial a pasear con mi familia. Si quería me bañaba en el río, era un domingo diferente. Sin salir de la ciudad, sentía que estaba en el campo. Ahora, muchos años después, vengo cada semana a buscar agua para poder surtir mi apartamento. Es un cargamento pesado porque no tengo otra opción, no puedo comprar agua en envases o en camiones como hace mucha gente. No tengo suficiente dinero».
Así lo comenta a Infobae Ramón Colmenares, residente de Santa Mónica, localidad clase media de esta capital. Asegura que su comunidad pasa días enteros sin el líquido: «Caracas es una ciudad con lomas (montañas) y entiendo que no a todos llegaba el agua pero los cortes de servicio eran programados. Sabíamos cuando podíamos contar con el servicio y cuando no. Ahora esto es un desastre».