Fuertes bombardeos sacudieron la capital sudanesa, Jartum, este sábado, en un momento en que los feroces combates entre el ejército y los paramilitares entran en su tercera semana, pese a la prórroga de una frágil tregua.
Sudán se encuentra sumido en el caos desde el 15 de abril, cuando estalló una lucha por el poder entre las tropas del general Abdel Fatah al Burhan, líder de facto del país desde el golpe de 2021, y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), liderado por el general rival Mohamed Hamdan Daglo.
Burhan y Daglo acordaron múltiples treguas desde el inicio del conflicto, pero ninguna se ha mantenido, y cada bando culpa al otro de violarlas.
Pese a un nuevo alto el fuego de tres días, acordado el jueves tras una mediación de Estados Unidos, Arabia Saudita, la Unión Africana y la ONU, los combates continúan en la capital y otras regiones del país.
“Nos despertamos una vez más con el ruido de los aviones de combate y las armas antiaéreas en todo nuestro vecindario”, dijo a la AFP un habitante del sur de Jartum.
Otro testigo señaló que había combates en curso desde temprano el sábado, en particular alrededor de la sede del canal de televisión pública de la ciudad de Omdurmán, cercana a Jartum.
Los habitantes que no han podido huir llevan semanas atrincherados en sus casas y se enfrentan a escasez de alimentos y agua.
– Ataques cruzados –
Mientras arrecian los combates sobre el terreno, los dos generales rivales se atacaron mutuamente el viernes a través de los medios de comunicación.
En una entrevista con la cadena Alhurra, que tiene sede en Estados Unidos, Burhan calificó a la milicia de las FAR como un grupo que busca “destruir Sudán” y afirmó que “mercenarios” están llegando desde Chad, República Centroafricana y Níger para aprovechar el caos.
Daglo tachó a su rival de “traidor” que “no es digno de confianza” en una entrevista con la BBC.
El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, volvió a pedir un cese inmediato de los enfrentamientos y apoyó los esfuerzos de mediación liderados por los africanos.
“No hay derecho a seguir luchando por el poder cuando el país se está desmoronando”, dijo Guterres al canal Al Arabiya.
Los combates han dejado hasta ahora al menos 512 muertos y 4.193 heridos, según el Ministerio de Salud.
Decenas de miles de sudaneses han huido a países vecinos, incluidos Egipto, Etiopía, Chad y Sudán del Sur, mientras que países extranjeros han llevado a cabo evacuaciones masivas de sus ciudadanos.
El Programa Mundial de Alimentos (PAM) advirtió que la violencia podría agudizar las carencias que sufren millones de personas en este país donde en tiempos paz un tercio de la población requería ayuda para evitar la hambruna.
– Situación alarmante en Darfur –
Según la ONU, al menos 96 personas murieron en la ciudad de El Geneina, en la región de Darfur del Oeste, esta semana.
“Lo que está pasando en Darfur es terrible, la sociedad se está desmoronando, vemos tribus que ahora tratan de armarse”, dijo Guterres.
Según Médicos Sin Fronteras (MSF) hay saqueos, destrucción e incendios generalizados de propiedades, incluso en campamentos para desplazados.
Sylvain Perron, subdirector de operaciones de MSF para Sudán, dijo que los combates han obligado a la agencia a detener casi todas sus actividades en esta región.
“Estamos extremadamente preocupados por el impacto que esta violencia está teniendo en las personas que ya han vivido oleadas de violencia en los años anteriores”, dijo en un comunicado.
Darfur todavía se está recuperando de una guerra que comenzó en 2003 entre el régimen del dictador Omar al Bashir, derrocado en 2019, e insurgentes de minorías étnicas.
Ese conflicto dejó al menos 300.000 muertos y cerca de 2,5 millones de desplazados, según cifras de la ONU.