«Nos dejaron sin nuestras bolsas CLAP para regalarlas en Colombia», denunciaba este fin de semana María Fernanda González, residente de la parroquia Tácata del Municipio Guaicaipuro, tras asegurar que desde diciembre no les venden el referido combo.
Todo lo que se conoce como el eje sur de la referida jurisdicción mirandina, zona que va desde Los Alpes hasta el sector Los Límites de la Panamericana y que incluye sectores populares como Guaremal, Los Panamericanos, Variantes de Guayas, estuvieron esperando los alimentos toda la semana pasada y nunca llegó.
«Son tan cara dura que cobraron el combo protéico en 7 mil BsS y tampoco lo han entregado, nos tienen en una zozobra y con el estómago vacío», agregó otro habitante de Guaremal.
El hambre – aseguran los vecinos- podría detonar en las próximas horas una tranca en la referida arteria vial en rechazo al engaño, «para nosotros no hay comida y anuncian descaradamente el envío de 20 mil casas a Colombia, es demasiada burla con el pueblo y ningún jefe de calle da la cara».
En pocas comunidades ha llegado la bolsa pero no el combo proteico, los afortunados son algunas familias en San Diego de los Altos y zonas puntuales de Los Teques.
Empleados mirandinos molestos
Los trabajadores de la Gobernación de Miranda no escapan al «engaño», denuncian que hace 15 días les ofrecieron los CLAP tanto a empleados activos como jubilados.
Agregan que las bolsas que antes costaban 300 BsS y traía 21 productos ahora tiene un costo de 1500 BsS y trae solo 10, igualmente les ofrecieron el protéico que trae un pollo, un kilo de carne, un cartón de huevo y una bolsa con harina de maíz y azúcar, con un costo de 7500 BsS.
«Justo después del anuncio del regalo en Cúcuta ese proceso fue paralizado por la Gobernación de Miranda lo que nos tiene en incertidumbre sin saber si lo descontarán por nomina o está suspendido definitivamente» agregó.
Reiteran que debieron haber recibido la semana pasada la bolsa de 10 productos y el bombo proteico y amenazan con protestar nuevamente ante el incumplimiento y la burla.
Daniel Murolo
