Intransitable, así se encuentra la vía principal que comunica a Altagracia de la Montaña con Tácata en el Municipio Guaicaipuro del estado Miranda, donde además tienen 45 días sin agua y una precaria atención médica en medio de la pandemia.
«Ni la luna tiene tantos cráteres, es increíble el nivel de abandono en el que tiene la alcaldesa las parroquias foráneas», denunció este sábado Ricardo Pérez, vecino de la zona.
Al pésimo estado de la vialidad se le suma la falta de transporte que obliga a los habitantes a tener que caminar varios kilómetros para poder hacer sus compras o buscar atención médica.
«No es culpa de la cuarentena que no haya bus, nada de eso, aquí estamos sin transporte desde hace años y las autoridades ni se inmutan ante nuestro reclamo», agregó Teresa Vargas.
En medio de la pandemia por covid-19 la situación se ha hecho aún más crítica para los tacateños, al prácticamente no tener atención médica.
«En el ambulatorio principal de Tácata la doctora asignada sólo trabaja hasta las 10:00 am para luego trabajar de manera privada en su casa cobrando en dólares», denunció uno de los residentes, quien pide supervisar la irregularidad.
Aseguran que los casos de covid-19, al igual que en toda Venezuela, aumentaron en la población y temen que la situación empeore al no tener acceso a agua potable.
«Acá solo funciona una bomba de agua, por lo que el ciclo de agua supera los 45 días por sector, es imposible lavarse las manos con frecuencia y cumplir con la higiene que recomiendan para prevenir el virus», dijo Vargas.
Redacción El Tequeño