Huecos, derrumbes, falta de iluminación y pasarelas a punto de desplomarse, es el panorama que presenta la carretera Panamericana en el tramo que corresponde al estado Miranda.
Además de los conductores, quienes deben sortear huecos y baches, los habitantes de las comunidades ubicadas a orillas de la importante arteria vial son los más perjudicados.
«Es preferible cruzar corriendo que usar esa pasarela», reseña Andrés Pérez, mientras muestras la estructura ubicada en la entrada de El Vigía, exactamente a la altura del kilómetro 23.
Pero esa no es la única que se «tambalea» por falta de mantenimiento. Las ubicadas en el tramo Carrizal y Los Salias están igual de abandonadas.
«El gobernador no le interesa y mucho menos a la fulana autoridad única de la Panamericana, basta con circular por la vía para ver el nivel de deterioro», agregó Orlando Mujica.
DM