El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha defendido que los aranceles impuestos hace una semana a los países que compren petróleo o gas a Venezuela «ya han tenido un fuerte efecto», después de que su Gobierno haya revocado los permisos y exenciones concedidas a varias empresas petroleras, incluida la española Repsol, para exportar crudo desde el país latinoamericano.
En declaraciones a la prensa, Trump ha asegurado que «hemos puesto aranceles secundarios en Venezuela y han tenido un impacto muy fuerte en Venezuela. Saben que todos los barcos salieron y se fueron. Muchos de ellos se fueron. Tiraron las mangueras al océano y se fueron. No querían estar allí ni un minuto porque no querían que esos aranceles se pusieran de moda, o no querían que los viera allí». En este contexto, ha defendido la eficacia de los aranceles «porque si desobedeces nuestras órdenes, no puedes hacer negocios en Estados Unidos, y esa es la gallina de los huevos de oro».
Al ser preguntado por posibles aranceles a las compañías chinas que compran petróleo ruso, el magnate republicano no se ha pronunciado y se ha limitado a celebrar que «en el caso de Venezuela, China echó el ancla y se fue». «Estaban allí. Tenían dos barcos allí y se fueron. Se fueron vacíos. No quisieron arriesgarse. No, no estamos jugando», ha asegurado.
La decisión de Washington afecta también a las licencias emitidas a empresas de gas venezolano que tengan relación comercial con la petrolera estatal venezolana, PDVSA. Por ello, el régimen de Nicolás Maduro ha advertido de que esta medida refleja su voluntad de «agredir al mundo» y ha asegurado que «los que pierden son ellos».
Por su parte, la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, ha afirmado en su cuenta de Telegram que ha «mantenido comunicación fluida con las empresas» afectadas por la medida estadounidense y ha asegurado que desde Venezuela «estábamos preparados para esta coyuntura y estamos listos para continuar cumpliendo los contratos con estas empresas».