Puede parecer una contradicción, dado el constante enfrentamiento, pero Estados Unidos sigue siendo uno de los principales compradores de petróleo de Venezuela.
Y no solo eso: una empresa estadounidense, Chevron, es una de las principales petroleras extrayendo el crudo pesado de Venezuela, en acuerdo con PDVSA, y mediante licencias concedidas para tal fin en medio de las sanciones.
Esto, sin embargo, podría cambiar. El flamante presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el lunes tras asumir formalmente el cargo que “probablemente vamos a dejar de comprar petróleo a Venezuela. No lo necesitamos”.
Lo dijo luego de que le preguntaran si seguía comprometido, como en su primer mandato, con la salida del poder del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Y aseguró que podría imponer más sanciones a la industria de los hidrocarburos en Venezuela, ya que EE.UU. “tiene petróleo más que suficiente”. Hasta el momento hay fuertes sanciones contra el sector, aunque existen licencias especiales para empresas como Chevron.
“Eso cambiaría Venezuela bastante”, agregó, según la agencia EFE.
Las declaraciones de Trump ponen el foco una vez más en el petróleo, el principal producto de Venezuela y la línea de vida de su economía en medio de las penurias económicas y la inacabable crisis política en el país, que se ha potenciado tras las controversiales elecciones en julio de 2024, en las que el Consejo Nacional Electoral proclamó ganador a Maduro sin presentar actas. La oposición, liderada por Edmundo González y María Corina Machado, asegura haber ganado las elecciones y ha presentado un gran número de actas. Un análisis de CNN arroja que lucen auténticas, y en noviembre de 2024 el Gobierno de EE.UU. reconoció a González como presidente electo de Venezuela.
Histórico comprador
Estados Unidos es un histórico comprador del petróleo venezolano y un gran inversor en su industria petrolera. En 1997, el punto máximo de ventas de petróleo venezolano a Estados Unidos, Venezuela era uno de los principales proveedores del país, junto con Canadá, México y Arabia Saudita. Pero eso ha cambiado y actualmente no está ni entre los primeros cinco.
De acuerdo con datos de la Administración de Información de Energía de EE.UU. (EIA), las importaciones de petróleo venezolano por parte de Estados Unidos se mantuvieron consistentemente por encima de los 30 millones de barriles mensuales promedio entre 1993 y 2010.
En la década siguiente, sin embargo, las importaciones cayeron a cerca de la mitad de esa cifra.
Las empresas estadounidenses no compraron un solo barril de petróleo venezolano entre junio de 2019 y enero de 2023, cuando el Gobierno del entonces presidente Joe Biden alivió la sanciones sobre Venezuela como motivación para que el Gobierno de Maduro negociara con la oposición y celebrara elecciones libres, así como también para bajar la presión sobre los precios de la gasolina para los consumidores de EE.UU.
Algunas de estas sanciones fueron restauradas en abril de 2024 tras la crisis desatada tras el incumplimiento de los acuerdos de Barbados, pero no todas: la Licencia 41, que permite precisamente a Chevron exportar crudo venezolano en asociación con PDVSA, sigue vigente.
En consecuencia, la compra de petróleo se reanudó en estos últimos años, pero en niveles muy inferiores a décadas anteriores: un promedio de 6 millones de barriles mensuales en 2024, de acuerdo con EIA.
Venezuela, por otro lado, está lejos de alcanzar la producción petrolera de antaño: de despachar más de 3 millones de barriles al día a finales de la década de 1990, en 2023 produjo apenas 784.000, según datos de la OPEP. En 2019 llegó a su piso histórico en medio la falta de inversión y crisis económica en el país sudamericano. Pero en tal contexto, cualquier alivio era bienvenido en 2023 al momento del levantamiento parcial de sanciones.
Tal es así que EE.UU. se convirtió rápidamente en el segundo comprador más importante del petróleo venezolano, luego de China, según reportó Reuters.
Para EE.UU., que es también el mayor productor petrolero del mundo, Venezuela no está en la actualidad ni cerca de ser uno los principales proveedores de crudo para su economía: Canadá, México, Arabia Saudita, Iraq y Brasil son los cinco más importantes, según datos de 2024 de la EIA.
“Estamos mirando a Venezuela con mucho interés”, insistió Trump este lunes. Si eso aplica también para el petróleo, pronto se verá.