El ministro de Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba, dijo que es necesaria una “operación internacional” en el mar Negro para permitir el paso de buques comerciales con el objetivo de reiniciar las exportaciones de grano desde el puerto de Odesa, en medio del recrudecimiento de la crisis económica y alimentaria a causa de la guerra.
Kuleba indicó en una entrevista concedida al diario italiano Repubblica que esta operación debe ser llevada a cabo “con la ayuda de países amigos que deseen enviar sus barcos para desminar las aguas y escoltar el paso de cargas comerciales”, algo que “sólo puede hacerse con un compromiso formal de Rusia de no usar el corredor para atacar (a Ucrania)”.
“Nadie puede confiar en los rusos”, señaló, antes de descartar la validez de una “garantía unilateral” por parte de Moscú. “Necesitamos que terceros países garanticen la aplicación del acuerdo. Estamos de acuerdo con una intervención de Naciones Unidas. Nuestro principal interés es que el trigo llegue a los países que lo necesitan”, ha explicado. Así, destacó que las conversaciones en este sentido están “avanzadas” y confirmó “contactos” con la ONU y países que podrían actuar como “garantes”, al tiempo que ha indicado que la autorización a la salida de buques desde Odesa “es una carrera contra el tiempo”.
El pasado 21 de febrero, Vladimir Putin reconoció a Donetsk y Lugansk como repúblicas independientes. Estos territorios, mayoritariamente rusoparlantes, son considerados como ucranianos por parte de Kiev y gran parte de la comunidad internacional, sin embargo, Rusia ha esgrimidos argumentos históricos para calificarlos como naciones autónomas.
La crisis entre ambos países empeoró, tras la orden del Kremlin de invadir esa zona, con la intención de «pacificar y mantener la paz».
Tres días después, inicio de la operación militar con la excusa de «proteger» a la población rusa en esas regiones controladas desde 2014 por las milicias separatistas prorrusas apoyadas por Moscú.