Las autoridades ucranianas afirman que Rusia no puede tomar por la fuerza la planta siderúrgica Azovstal, donde se refugian los defensores de la ciudad, porque «físicamente es imposible».
«Los rusos lo han entendido, han sufrido enormes pérdidas allí. Nuestros defensores continúan reteniéndolo», dijo Oleksiy Arestovych, asesor presidencial de Ucrania en una sesión informativa.
El pasado 21 de febrero, Vladimir Putin reconoció a Donetsk y Lugansk como repúblicas independientes. Estos territorios, mayoritariamente rusoparlantes, son considerados como ucranianos por parte de Kiev y gran parte de la comunidad internacional, sin embargo, Rusia ha esgrimidos argumentos históricos para calificarlos como naciones autónomas.
La crisis entre ambos países empeoró, tras la orden del Kremlin de invadir esa zona, con la intención de «pacificar y mantener la paz».
Tres días después, inicio de la operación militar con la excusa de «proteger» a la población rusa en esas regiones controladas desde 2014 por las milicias separatistas prorrusas apoyadas por Moscú.