El alto representante de la Unión Europea para Asuntos de Exterior, Josep Borrell, mostró este jueves su convencimiento de que la cumbre de la UE y la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac) el próximo mes de julio será «muy concurrida» por ambas partes.
«Yo creo que será una cumbre muy concurrida. Por las dos partes. Porque yo creo que ahora sí que se toma conciencia de que en nuestro nuevo mundo, Europa tiene que contar con América Latina y América Latina tiene que contar con Europa», dijo Borrell en una entrevista con EFE.
El jefe de la diplomacia europea destacó que la UE sigue siendo el principal inversor en América Latina, aunque en intercambios comerciales el bloque comunitario ha sido superado por China.
«Nosotros tenemos muchísimo interés en que América Latina siga estando en el ecosistema político y económico de lo que llamamos Occidente. Tenemos muchísimo interés», subrayó Borrell.
No obstante, reconoció que «ese interés se ve más claro desde Madrid o Lisboa que desde Vilna. De la misma manera que la amenaza rusa se siente más cerca en Vilna que en Lisboa. La geografía cuenta y cuenta mucho. La geografía y la historia cuentan mucho».
La UE se ha propuesto organizar una cumbre “inclusiva” pese a la participación de 60 países “increíblemente heterogéneos en un contexto político increíblemente difícil”, señalaron hoy fuentes comunitarias, que ya valoran que uno de los principales logros de la cita será precisamente reunir a todos esos Estados para “hablar abiertamente” sobre asuntos de interés y poder “institucionalizar nuestras relaciones”.
Según dijeron, “por primera vez en 25 años” los países comunitarios creen “colectivamente que están en juego intereses esenciales de la UE en América Latina y el Caribe”, región que contemplan como un “aliado clave” e incluso “existencial” para recorrer las transiciones verde, digital y social de las próximas décadas.
La UE tiene su vista puesta en la región -que tiene el 85 % de las reservas mundiales de litio y el 20 % de las de petróleo- para diversificar sus cadenas de suministro energético.
Se trata de países, los latinoamericanos y caribeños, que “comparten principios generales y democráticos” con Europa, así como su apoyo al sistema multilateral.
“Lo importante es que la región entienda que queremos seguir invirtiendo en ella, y aún más importante que las dos partes muestren y digan al mundo cuál es el modelo de inversión preferido”, apuntaron las fuentes comunitarias.
Es el presidente protémpore de la Celac, San Vicente y las Granadinas, quien debe cursar las invitaciones a la cumbre a los países de esa organización, pero desde la UE no tendrían “ningún problema” en que vinieran todos, incluso aquellos con los que están en desacuerdo, a fin de que “realmente pudiéramos decirles las cuestiones que nos preocupan”, con vistas a lograr “una solución significativa”.
Se trata principalmente de los mandatarios de Nicaragua, Venezuela y Cuba, ya que las fuentes situaron al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, como un aliado en cuestiones tan críticas como la guerra rusa en Ucrania pese a sus críticas a los europeos por considerar que alimentan el conflicto dando armas a los ucranianos.
Pese a “altibajos”, consideran que Lula, a la hora de manifestarse a nivel internacional, va a respaldar el respeto a las fronteras internacionales de los países soberanos.
Este tipo de posiciones esperan que queden plasmadas en la declaración que saldrá de la cumbre, en la que las partes ya están trabajando y que reconocen, no obstante, que será “una empresa difícil”.
“No olvidemos que estamos tratando con un conjunto de países muy diversos”, comentaron.
En el caso de las posiciones divergentes de Cuba, Venezuela o Nicaragua, las fuentes hicieron hincapié en que esos tres Estados “no representan” a toda la región, que “en muchos casos está respondiendo de manera muy asertiva a la situación en esos países”.
En el caso concreto de Nicaragua, señalaron que excluir su presencia en la cumbre les privaría de la ocasión de comunicar a sus dirigentes sus preocupaciones por la situación en el país.
En todo caso, en Bruselas ven “lógico” que los países de la región vengan con reivindicaciones relacionadas con la reforma de las instituciones financieras internacionales, la reducción de la deuda o reparaciones por el proceso descolonizador, mientras que la UE expresará sus preocupaciones fundamentalmente sobre derechos humanos y democracia.
EFE