Evelin Morales de Fernández representa y lidera a una generación de mujeres que han logrado hilvanar exitosamente el ser madre, esposa, deportista y emprendedora con un sentido social de alto impacto.
«Eve es lo más parecido a un torbellino», sentencian quienes la conocen. Y nada logra definir mejor a esta mujer que justamente eso: un tornado al que difícilmente se le puede seguir el paso.
Se activa antes de que salgan los primeros rayos del sol. Su día arranca sumándose a un grupo de corredores que cada mañana recorre calles, avenidas y hasta montañas de San Antonio de los Altos, acumulando kilómetros.
«Subir la montaña es vida», reseña entre risas tras atravesar más de 5 km en ascenso en una famosa ruta que comienza en La Fragua y culmina en lo más alto, desde donde las vistas son puras postales.
«Una vez que comienzas a subir es como si dejaras todo atrás y te llenaras de la magia de la montaña; es vida, es salud, es llenar el espíritu y el alma de cosas buenas, es conectarse con la esencia de lo que es la vida», narra.
Lo admite sin mayor sobresalto: «corro hasta 16 km diarios», actividad que realiza prácticamente todos los días de la semana y que alterna con otras disciplinas deportivas.
«Siempre he sido muy polifacética en el tema deportivo», agrega. Desde joven le gustaron las actividades físicas, formó parte de un equipo de vóleibol, fútbol sala y basquet pero fue hace poco más de un año que el running la atrapó.
Dice admirar a los «loquitos y loquitas» – así llama a sus compañeros de entrenamiento – por su condición física; «algunos tienen hasta 50 años y tienen una resistencia envidiable, son ejemplo a seguir».
Tras un entrenamiento de entre dos y tres horas, Evelin toma su vehículo y vuelve a casa para preparar y tener listo el almuerzo para su familia. «Me encanta cocinar, mucha gente cree que no es así, pero yo me encargo de todo en casa, la limpieza, fregar y atender a los perritos».
Corazón bondadoso
Si algo sabe hacer Evelin es administrar bien el tiempo. Sus tardes suelen iniciar en las oficinas de la Fundación Amigos por Venezuela, una organización que creó para atender la gran demanda de medicamentos de los sanantoñeros.
«Al ver la enorme necesidad de la gente en medio de la crisis, tuve la urgencia de crear como una farmacia, de tener un estante full de medicinas para donar», reseña mientras revisa las solicitudes de ayuda que diariamente llegan.
Logra concretar la idea con la ayuda de fundaciones y organizaciones en varias partes del mundo que comenzaron a donarle insumos, especialmente sanantoñeros fuera del país.
Y aunque inicialmente era para los vecinos de Los Salias, actualmente atienden personas procedentes de Carrizal, Los Teques e incluso Valencia, Maracay y Ciudad Bolívar a quienes facilita desde antibióticos hasta tratamientos de quimioterapia.
El tiempo que le dedica a su fundación es «indeterminado» porque a cualquier hora del día a través del WhatsApp, mail o llamadas telefónicas recibe solicitudes de ayuda que atiende y soluciona inmediatamente.
«No es necesario ser un servidor público para ayudar, todos deberíamos tener un corazon noble y bondadoso ante la dificultad de los demás, es la única manera de hacer un mejor país, que todos nos sensibilicemos con las necesidades de los demás».
Operación «Comando dulce»
Aunque nunca había preparado dulces, hoy día «las tortas de Evelin» son mundialmente famosas y no, no es una exageración tal apreciación, la realidad es que mensualmente recibe decenas de encargos de venezolanos regados por el mundo para que sorprenda con sus creaciones a sus familiares que aún permanecen en el país.
«Llegue a este negocio por accidente», aclara mientras prepara una torta en su local «Australia Café», ubicado en La Casona y que hoy funciona a puerta cerrada por la pandemia de Covid-19.
«Se presenta la oportunidad cuando unos amigos estaban traspasando el fondo de comercio y es así como iniciamos hace 11 años, teníamos entonces quienes preparaban los dulces y hora los hago yo», recuerda.
-Australia Café es mi lugar mágico, es donde me desconecto de la realidad y me sumerjo en el mundo de la repostería; endulzarle la vida a las personas da satisfacción.
A través de la cuenta en Instagram del negocio, Evelin recibe los encargos, tras elaborar las tortas se sube a su vehículo y en compañía de amigos o familiares se desplaza hasta la vivienda de la persona que debe sorprender en una especie de operación «comando dulce» cuyos videos se han hecho famosos.
Las anécdotas están llenas de alegrías, risas y muchas lágrimas, «trato de impregnar la torta de todo ese amor que desde lejos envían sus familiares».
Sus milhojas con profiteroles son aclamadas, así como las tortas tsunami, tartaletas de frutas y el volcán de chocolates y crema que inventó y desde entonces se roba los aplausos de sus clientes.
Muchos de quienes le encargan o reciben sus tortas desconocen que además de crear esos increíbles postres es la primera dama del municipio, la cabeza de una fundación que ha donado casi tres mil medicamentos en 12 meses y que además, por si fuera poco, promociona la vida sana al correr cada mañana por las calles de su ciudad.
Eve, como la llaman sus allegados, es ejemplo de fortaleza, demostrando que aún cuando la vida pueda parecer que pierde sentido, basta con armarse de valor y buscar una motivación para seguir adelante, la de ella, sin duda: es servir, ayudar e inspirar a los demás.
Daniel Murolo