La consagración estará presidida por el cardenal Baltazar Porras y, además de las autoridades religiosas locales, se espera la participación de varios políticos venezolanos, así como del secretario de Estado para las Comunidades Portuguesas, Paulo Cafôfo, y el presidente del Gobierno de la Región Autónoma de Madeira, Miguel Albuquerque.
«Han pasado 14 años desde que comenzamos a construir la iglesia y ahora estamos dando los toques finales a la consagración el 13 de octubre. Todavía habrá trabajo por hacer en los alrededores, pero vamos a querer consagrar la iglesia para que la gente pueda asistir y que haya la mayor cantidad de católicos posible”, explicó el secretario de administración de la Asociación Civil Amigos de Nossa Senhora. de Fátima.
Agostinho Gonçalves explicó que la construcción del tiempo es un homenaje a Nuestra Señora de Fátima, porque “aquí se manifestó la Virgen María, la Virgen de Fátima”.
“Ella quería que se construyera esta iglesia, lo digo por la forma en que la hemos estado construyendo porque se donó el terreno y todo el material. Las personas que se acercaron a nosotros donaron todo. Empezamos las obras sin presupuesto, todo con donaciones” , dijo.
Agostinho Gonçalves explicó que la construcción del santuario fue idea del padre José António da Conceição, a quien se le apareció la Virgen en 2006, cuando estaba celebrando en Fátima.
“Le pidió a Nuestra Señora que quisiera construir una iglesia en su honor, en Los Altos Mirandinos (Carrizal). En 2007 habló con el entonces alcalde de la zona, José Luís Rodríguez, quien es de ascendencia portuguesa y a quien le pidió en busca de ayuda para conseguir un terreno», dijo.
Gonçalves explicó que ya había un proyecto autorizado para la construcción de un centro comercial, pero los propietarios optaron por donar el terreno para construir el santuario.
“Por eso digo que aquí hay una manifestación de la Virgen María”, subrayó.
La idea, dijo, busca promover la religión católica a nivel local, creando también “un pedacito de Portugal en Venezuela, donde prevalezcan las tradiciones lusitana, la gastronomía, la enseñanza de la lengua portuguesa y el folclore”.
Según Agostinho Gonçalves, la construcción del santuario fue una iniciativa de la comunidad portuguesa local, a la que se sumaron inmigrantes de otras nacionalidades, a saber, libaneses, italianos y venezolanos.
“El proyecto del arquitecto fue donado por un empresario libanés. Los 1.400 metros de piso de mármol también fueron donados por un libanés, así como los 114 metros cuadrados de vidrieras del fondo, que costaron US$17.500” [cantidad similar en euros], explicó.
Lo más destacado va también para la comunidad italiana que ha donado alimentos a los campamentos que recaudan fondos,
Respecto a la obra, afirmó que son 22 mil metros cuadrados de construcción y que hasta el momento se han invertido 19.5 millones de dólares. Sin embargo, aún faltan tres millones de dólares para completar todas las obras, habilitar las aulas multiusos de portugués y una casa de retiro espiritual.
Las salas de catequesis y la iluminación de los cuatro pisos de estacionamiento aún deben completarse.
