Deslizamientos, fallas de borde, cráteres y falta de iluminación es el panorama que muestra la vía La Mariposa, una de las pocas carreteras alternas a la Panamericana que usan los altomirandinos.
«Hoy día no sólo debemos hacer frente al terrible deterioro de la vía sino también al caos generado en la alcabala», denunció un conductor frecuente que vive en San Antonio y labora en Caracas.
Narra que cada semana de «cuarentena radicalizada» los guardias nacionales generan colas de más de dos horas, «un verdadero desastre en medio de una carretera que parece bombardeada».
El viernes en la tarde un deslizamiento de piedras cerró el paso por la vía a 100 metros del Puente Viejo García, siendo los mismo conductores los que habilitaron el paso para vehículos pequeños.
Redacción El Tequeño