Cuando Cedrick Fogwan tuvo su primer encuentro con la rana gigante, quedó impresionado por sus poderosas proporciones.
Creciendo hasta el tamaño de un gato, es la rana viva más grande del mundo. Casi como sostener a un bebé (humano), dice, después de haberlo tocado en una misión de rescate.
El conservacionista camerunés quedó tan cautivado que puso en marcha un proyecto para luchar por el futuro de las especies en peligro de extinción.
“Cuando descubrí que esta especie era única, la más grande del mundo, dije que esto es algo que no podemos encontrar fácilmente en otros lugares y estaba orgulloso de ello”, dice. “La gente de la zona dice que es una bendición tener algo así, le atribuyen un valor cultural”.
Durante décadas, la rana goliat ha sido cazada en exceso para alimento y comercio de mascotas en Camerún y Guinea Ecuatorial.
Su hábitat junto a ríos y arroyos se está destruyendo rápidamente y la rana ahora está clasificada como en peligro de extinción en la Lista Roja oficial de extinción.
La rana es poco conocida por la ciencia e incluso en Camerún muchas personas locales desconocen su valor para el ecosistema, como cazar insectos que dañan los cultivos.
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