Las venezolanas que viven en Colombia enfrentan con mayor rigor las dificultades que afectan a todos los migrantes: la informalidad, la falta de reconocimiento de sus derechos laborales. Además, deben asumir de manera inequitativa las responsabilidades del cuidado en el hogar.
Para las mujeres migrantes, conseguir trabajo en Colombia es mucho más difícil que para los hombres migrantes.
Esta brecha de género en el mercado laboral tiene un impacto significativo en la calidad de vida de las mujeres migrantes, ya que la falta de empleo puede dificultar su capacidad de mantenerse a sí mismas, su independencia económica y la de sus familias.
Pero eso no es todo, las mujeres migrantes también enfrentan la informalidad laboral, puesto que la no afiliación al sistema pensional contributivo alcanzó el 91,9% de estas trabajadoras durante el 2021.
Mujeres migrantes afectadas por salarios bajos
El informe ‘Dinámicas laborales de las mujeres migrantes venezolanas en Colombia: contrastes, avances y retos en 2021’, liderado por Cuso Internacional, con el apoyo del Gobierno de Canadá, reveló que las mujeres migrantes suelen desempeñar trabajos de poco valor agregado, relacionados con actividades independientes de servicios personales o domésticos básicos, empleos con bajo nivel salarial.
Además, las remuneraciones promedio de las mujeres venezolanas fueron las más bajas en comparación con quienes trabajaban por cuenta propia y los y las asalariadas. Incluso, las mujeres migrantes asalariadas devengaron, en promedio, ingresos muy inferiores al salario mínimo. En promedio, las mujeres asalariadas para el 2021 ganaban $801.910 y las independientes $427.733.
Por ejemplo, muchas de ellas laboraban como empleadas domésticas, peluqueras y vendedoras informales, trabajos que, usualmente, representan ingresos reducidos.
Labores de cuidado que se extienden
Las labores relacionadas con el cuidado no se limitan a sus trabajos, sino que también se extienden al hogar. El 94% de las venezolanas ocupadas desempeñaban actividades domésticas o de cuidado de menores de manera no remunerada en el hogar.
En contraste con el 63% de los hombres venezolanos ocupados que realizaban estas actividades, además, mientras que los hombres migrantes dedicaron 11 horas por semana a estas labores, las mujeres venezolanas dedicaron 27 horas.
Por su parte, el gobierno colombiano, a través de la coordinación en la política de migración del Ministerio de Trabajo, ha emprendido diversas actividades enfocadas en la sensibilización mediante la “Guía de Inclusión Laboral con Enfoque de Género”, que busca que la Red de Prestadores gestione la participación de las mujeres en el mercado laboral.
La entidad también propone plantear acciones que potencien la empleabilidad de las mujeres, mitigando las barreras de acceso al mercado laboral y contribuyendo a la inclusión laboral de esta población.