Gustavo Andrade tiene 20 años trabajando en un carrito de perros calientes de La Isabelica. Para mantener el negocio a flote recurrió al mercado negro donde una bombona de gas mediana le cuesta $40.
Por: El Carabobeño
Andrade necesita al menos dos cilindros de 18 kilogramos al mes, así que empieza a trabajar antes del mediodía con la esperanza de que las ventas le alcancen para pagar la renta del escaso recurso. Le aterra quedarse sin ingresos en tiempos de crisis. “Cuando se me está acabando ya voy pidiendo la otra porque estar sin producir en esta situación tan ruda es desesperante”.
Al perrocalentero en ocasiones le despachan bombonas pequeñas por 20 dólares, pero cuando su proveedor se complica con la entrega, recurre a otros contactos que le cobran hasta $30 por 10kg de gas. “Entre más difícil se ponga, más se aprovechan”.
Jorge Izquierdo reside en Vienda Rural de Bárbula y también se ha visto forzado a adquirir por las vías irregulares el servicio. Luego de seis meses sin recibir gas decidió recurrir a los vendedores informales que en su sector le cobran hasta 25 dólares por el cilindro
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