El economista y diputado a la Asamblea Nacional José Guerra aseguró que 70% de las estaciones de servicio que venden gasolina subsidiada y 40% de las dolarizadas están cerradas, lo que a su juicio es una señal de que se está agotando el carburante iraní que llegó al país el 23 de mayo.
“Esto es un dilema que hoy no tiene solución. Es evidente que el gobierno va a optar por las importaciones, probablemente, a través de intercambiar petróleo crudo por gasolina con Irán o con la India”, dijo Guerra a la Voz de América.
Explicó que la gasolina de estos países es más cara, pues deben pagar flete y y seguro para emprender un recorrido de alrededor de 21 días hasta Venezuela. “Tener que navegar 13 mil 600 kilómetros para llegar a costas venezolanas encarece al menos en un 10% el costo del barril”, agregó.
Guerra y el economista Leonardo Buniak coinciden en que el principal obstáculo que enfrenta Venezuela para comprar gasolina es que no tiene dinero para cancelarlo.
Al no tener dinero en caja para pagar, tendrá que recurrir nuevamente al oro del Banco Central de Venezuela. “Más que un interés geopolítico, Irán tiene interés geoeconómico al enviarle gasolina a Venezuela, y es obtener oro monetario para poder negociarlo en mercados internacionales”, detalló Buniak a VOA.
Buniak señaló que Irán sigue siendo una de las pocas alternativas que tiene el chavismo, pues ningún país se va a exponer a las sanciones por el enviar combustible a Venezuela.
“Irán es el gran socio de Venezuela en esta materia, porque la rusa Rosneft ya no lo hace, justamente evitando esas sanciones”, agregó.
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