Un nuevo flagelo ha golpeado en los últimos años a los venezolanos. La crisis económica y las consecuencias de la pandemia han generado crisis depresivas en los ciudadanos, incidiendo en el aumento de suicidios.
De acuerdo a las cifras del Observatorio Social Humanitario (OSH), el número de casos se incrementó 11 % de 306 casos en 2020 a 341 víctimas en 2022.
El trastorno que lleva a las personas de quitarse la vida generalmente es silencioso y afecta especialmente a adolescentes y adultos mayores. Las causas son diversas e incluyen problemas emocionales por limitaciones económicas, duelo migratorio, enfermedades crónicas y situaciones adversas en la cotidianidad.
El informe del OSH se basa en el aumento reseñado por el Observatorio Venezolano de Violencia, en el que cuestionan que la falta de estadísticas oficiales confiables impiden que el Ministerio de Salud defina un programa permanente de prevención que puede empezar por una campaña psicoeducativa a la población en general, garantía de atención a la salud mental en centros asistenciales públicos y el abordaje con políticas definidas desde una estadística oficial confiable que permita medir las causas de suicidios que pueden seguir cobrando más víctimas.
Analizan que en el primer trimestre de 2023 siguen ocurriendo suicidios de adolescentes y adultos mayores, así como casos de homicidios – suicidios, con el repunte de la modalidad por ahorcamiento que venía precedida a causa de armas de fuego o envenenamiento.
Aarón Espinoza, presidente del Instituto de Previsión Social del Psicólogo (Inprepsi), explicó que las amenazas de suicidio se agravan por causa multifactorial del estilo de vida, considerando que uno por cada 100 mil habitantes consuma su intento de suicidio. Las angustias y presiones por la situación socioeconómica tienen gran peso ante la pérdida de la capacidad de tener un medio de vida debido a la crisis actual.
El duelo migratorio es otra de las aristas y que suele ser concebida de diversas maneras, en un vaivén de tristezas y ausencias que dejan inconformidad. «Son muchos factores que no se hacen públicos», cuestiona de la premisa de que hay que evitar la difusión de este tipo de noticias, sin que se mida el impacto en la sociedad.
Para Víctor Méndez, presidente del Colegio de Psicólogos de Miranda: «sin información no se toman las medidas. Se necesitan estudios estadísticos que permitan orientar en la toma de conciencia». Recalca de la necesidad de frenar esos casos extremos impulsivos de homicidios – suicidios, por lo general entre parentescos muy cercanos.
Prevenir requiere de soporte y apoyo familiar
Víctor Méndez, presidente del Colegio de Psicólogos de Miranda, afirma que pese a la falta de data oficial, conocen del incremento de consultas de ayuda psicológica, teniendo consultorios copados de pacientes. «Siempre comentan que han pensado en el suicidio por efecto traumático». Señala que es necesaria la vinculación de familiares de posibles víctimas y de grupos de apoyo.
Precisa que los familiares deben identificar los indicios que empiezan por tristeza, aislamiento, ansiedad y hasta pérdida del apetito o sueño. La persona va abandonando sus rutinas y se consume en la depresión. No desea quitarse la vida, sino terminar con algún problema.