La firma de la “Declaración sobre niñez, juventud y acción climática” fue de las medidas más concretas de la participación de Venezuela en la Conferencia de las Partes (COP28) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que finalizó el pasado 12 de diciembre en Dubái.
Este acuerdo entre el Gobierno de Venezuela y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) es el primero que se produce en torno al cambio climático y engloba siete compromisos básicos que hablan de un “ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible”.
“Ampliar y acelerar la inversión en medidas de adaptación, reducción del riesgo de desastres y mitigación que respondan a las necesidades de los niños, niñas y jóvenes”, por ejemplo, reza el tercer compromiso contemplado en esta declaración que se enfoca en las generaciones que más consecuencias experimentarán por el aumento de la temperatura y el cambio en los patrones de las lluvias en el país.
¿Quién firmó la declaración por la acción climática?
Josué Lorca, ministro del Ecosocialismo, fue el encargado de refrendar esta declaración conjunta entre Unicef y la administración de Nicolás Maduro y que promete darle una mayor participación a la niñez y la juventud venezolana en la lucha contra el cambio climático.
Este acuerdo por la acción climática constituye un compromiso adicional para que los organismos públicos comiencen el trabajo por generar un Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, que se prometió incluso en el llamado “Plan de la Patria” hace una década atrás y que todavía no es una realidad.
“Para nosotros es muy importante firmar la Declaración de los Derechos de nuestros niños y nuestras niñas en materia de cambio climático, en materia de acción climática”, aseguró Lorca a medios estatales desde Dubái, tras la firma del acuerdo.
¿Qué compromisos adquirió Venezuela?
Unicef fue el organismo encargado de publicar la declaración completa y allí se incluyen siete compromisos en medio de la lucha por la crisis climática global.
El reconocimiento de los derechos de los niños, niñas y jóvenes porque se implemente el Acuerdo de París, que aboga por limitar el aumento de la temperatura global a sólo 1,5 grados centígrados (°C) con respecto a los niveles preindustriales es parte central de este acuerdo, aunque también se contemplan medidas más locales.
El Gobierno venezolano se comprometió también a ofrecer una educación ambiental que incluya los aspectos básicos de la mitigación y la adaptación al cambio climático. Esto pasaría, por ejemplo, por incluir contenidos en la malla curricular escolar sobre la transición energética en Venezuela y los efectos producidos por el uso de combustibles fósiles como el petróleo o el diésel que alimenta las plantas eléctricas en las regiones venezolanas.
Otro de los compromisos habla de “ampliar la participación significativa de niños, niñas y jóvenes” venezolanos en los eventos climáticos globales como los Diálogos sobre la Acción para el Empoderamiento Climático o el programa de representantes juveniles de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Esto supone que organizaciones como “Friday for Future Venezuela” también debería recibir un mayor apoyo para llevar la voz venezolana a estos eventos climáticos globales.
