La emisión de dinero circulante por parte del Banco Central de Venezuela (BCV) se ha acelerado en las últimas dos semanas, entre otros factores, como resultado de los incrementos de los bonos que se asignan a través del Sistema Patria, mecanismo que se seguirá aplicando hasta que que se produzca una revisión de las escalas salariales en el sector público.
De acuerdo con los datos más recientes del ente emisor, el circulante se ubicó en 22.566,2 millones de bolívares al cierre del pasado 3 de febrero, un monto que aumentó 4,49% en comparación con la semana anterior.
Al corte semanal del 27 de enero se había producido el mayor incremento de liquidez en lo que va de año, con un alza de 6,74%, de manera que en las dos últimas semanas reportadas el circulante ha escalado 11,53%. En lo que va de año, la liquidez ha subido 19,48%.
Estos datos revelan un claro cambio de tendencia en comparación con el mismo período de 2022, cuando el circulante reportó un aumento de apenas 0,02%.
El Gobierno está recibiendo fuertes presiones sociales, especialmente por la necesidad de revisar las remuneraciones del sector público y, además, una recuperación relativa de ingresos petroleros junto con el alza de la recaudación fiscal ha permitido una recuperación progresiva del gasto público.
Estos fenómenos han presionado un alza contundente de la inflación -aunque el BCV no publica cifras oficiales desde octubre- y una depreciación más acelerada del bolívar, en una economía donde los precios en dólares subieron alrededor de 50% en 2022.
En el último año reportado por el BCV, la liquidez monetaria registra un aumento de 430,69%, mientras que el tipo de cambio oficial ha variado 441,39% interanual hasta el pasado viernes 10 de febrero.
A pesar de este crecimiento, la liquidez expresada al tipo de cambio oficial representa 985 millones de dólares, al tiempo que, al mismo corte del año pasado, era equivalente a 951,3 millones, lo que significa que, en moneda dura, el circulante ha registrado un crecimiento real mínimo, afectado por la depreciación del signo monetario nacional.
El Ejecutivo nacional presenta un escenario distinto en 2023, cuando las perspectivas económicas son menos optimistas, aunque se mantienen en un terreno positivo, pero está claro que la capacidad de maniobra del Gobierno es limitada para satisfacer necesidades sociales largamente diferidas.
