Venezuela deja de tener representación diplomática ante el gobierno de EEUU y ante la OEA como consecuencia de la decisión del 30DIC22 de la Asamblea Nacional de Venezuela (electa en 2015) de poner fin al gobierno de transición instaurado en 2019.
El embajador de Venezuela en la OEA, Gustavo Tarre Briceño y el embajador de Venezuela ante el gobierno de EEUU, Carlos Vecchio, además de otros diplomáticos ante diversos gobiernos, fueron cesados automáticamente en sus funciones como consecuencia de la decisión del legislativo opositor. Se trata de las primeras consecuencias legales de la decisión mediante la cual los diputados se prolongaron por un año más su mandato y pusieron fin de facto al gobierno provisional y a la presidencia de Juan Guaidó.
La salida de Tarre Briceño de la OEA constituye una obvia victoria para la alianza castrochavista continental que, por diversas vías, había tratado de dejar sin efecto la resolución que desde 2019 lo aceptó como el representante de Venezuela.
Dado que la designación de representantes diplomáticos es una función del Ejecutivo, eventuales nuevos representantes que pudieran ser designados por el “gobierno legislativo” de la oposición venezolana no serían aceptados por los gobiernos que desconocen al régimen de Maduro.
Igualmente termina el financiamiento otorgado por la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro, con visto bueno del Departamento de Estado de 2019, al “gobierno provisional” de Venezuela, procedente de dinero incautado por el gobierno de EEUU. El “gobierno legislativo” aprobado por la AN no contará con financiamiento salvo que se produzca la muy improbable aprobación del actual secretario de Estado.
Para el 24ENE23 está prevista la realización en Buenos Aires de un encuentro presidencial de la CELAC. El grupo que es controlado por la izquierda continental y que excluye a EEUU y Canadá, decidirá crear una secretaria permanente que le permita operar como un organismo formal. Los planes de contraponer la CELAC a la OEA han sido diseñados con el concurso del mexicano López Obrador y el argentino Alberto Fernández quien actualmente preside el grupo y actuará como anfitrión.
La cita bonaerense será la primera actividad en el exterior que cumplirá Lula da Silva quien asumirá la presidencia de Brasil el 01ENE23. Brasil regresa a CELAC y Lula se convierte en el catalizador de las acciones de los gobiernos de izquierda a nivel continental, con respecto a temas como una posible reforma de la OEA o la destitución del Secretario General Luis Almagro.
Lula llega a la presidencia de Brasil con sed de protagonismo internacional y sus seguidores con hambre de venganza política. El “informe final” elaborado por su equipo de “transición de gobierno” acusa a Jair Bolsonaro de mantener una ”visión aislacionista” que “afectó la imagen del país y perjudicó la capacidad brasileña de influir sobre temas de la agenda global”. El documento señala a Bolsonaro de desmontar UNASUR, sacar a Brasil de CELAC y propiciar el desmantelamiento del Mercosur. El equipo de Lula asegura que “al apostar en el aislamiento de Venezuela [del régimen chavista] Brasil se convirtió en un “factor de inestabilidad regional”.
Uno de los primeras designaciones del nuevo gobierno brasileño fue el de su ministro de Exteriores, el cual fue asignado a un diplomático de carrera, Mauro Vieira, quien ha sido canciller durante el gobierno de Dilma Rousseff y embajador de Lula en EEUU y Argentina. La diplomacia oficial, de esta manera, fue puesta en manos de un hombre que procede del interior de Itamaraty. Para la diplomacia paralela presidencial, los enlaces y conexiones con los aliados de la izquierda continental que en el pasado ejecutaba el fallecido petista Marco Aurélio Garcia, se asoman el nombre del excanciller y operador internacional de Lula, Celson Amorin, aunque la expresidenta Dilma Rousseff y la secretaria ejecutiva del Foro de São Paulo, Mónica Valente, podrían completar un equipo de operadores internacionales para-diplomáticos.
Ya antes de la toma de posesión, Lula está diseñando varios periplos al extranjero. A finales de enero viajará a Buenos Aires para una visita oficial a Argentina y participar en lo que sería un encuentro de las cabezas de los gobiernos de izquierda continental para acordar planes de acción conjunta. La Casa Blanca le extendió invitación para una visita oficial a Washington para la cual están negociando fechas. En abril, Lula realizará una gira a Europa con varias paradas ya acordadas. Una visita a China está igualmente en la lista inmediata de viajes.
Joe Biden asistió el 01ENE14 a la toma de posesión de Dilma Rousseff cuando ejerció como Vicepresidente de EEUU durante el gobierno de Barack Obama. Para la toma de posesión de Lula da Silva, Biden decidió enviar una delegación de menor nivel que no incluye a la vicepresidenta Kamala Harris. La delegación estadounidense a Brasilia está integrada por Deb Haaland, secretaria del Interior y por el colombo-estadounidense Juan González quien es asesor de Biden y director para el Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional.
En la toma de posesión de Lula deberán estar presentes los mandatarios de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Honduras, Paraguay, Suriname, Uruguay y San Vicente y las Granadinas, además de Portugal, Angola, Cabo Verde, Timor Este y altos representantes de Rusia, China e Irán entre otros. El propósito de Lula es reflejar un gran evento internacional.
No pasa desapercibido que Manuel López Obrador (México), Miguel Díaz-Canel (Cuba) y Daniel Ortega (Nicaragua) no atendieron la invitación de Lula. El mexicano se hace representar por su esposa Beatriz Gutiérrez Müller y por su canciller y precandidato presidencial Marcelo Ebrard. La dictadura cubana envió a Brasilia, con cinco días de anticipación, al vicepresidente Salvador Valdés y a la viceministra de Exteriores Josefina Vidal. Valdés ha realizado diversas reuniones de coordinación política.
El asunto de la participación de Maduro en los eventos del 01ENE23 en Brasilia se convirtió en tema aparte. Una resolución interministerial del 19AGO19 emanada de los ministerios de Relaciones Exteriores y de Justicia de Brasil estableció una prohibición de ingreso al país de “altos funcionarios del régimen venezolano por sus actos contrarios a los principios de la Constitución [brasileña] atentando contra la democracia, y los derechos humanos”. En el listado de sancionados figuraron seis decenas de altos jerarcas chavistas encabezados por Nicolás Maduro lo que impediría la asistencia del dictador venezolano a Brasilia. En la mañana del 20DIC22 apareció en el Diario Oficial de la Unión una resolución interministerial del día anterior que dejaban sin efecto la resolución del año 2019. Fuentes cercanas al gobierno saliente, consultadas para este Informe, aseguran que en las últimas semanas se produjo negociaciones entre el gobierno saliente y el entrante sobre diversas materias. De ellas emanó la decisión de Bolsonaro para designar el 28DIC22 como nuevo comandante del Ejército al general Júlio Cesar de Arruda quien contaba con el aval de Lula.
Reacio a visitar países donde no se le permita el despliegue de su propio aparato de seguridad, dada la oferta de recompensa que ofrece el gobierno de EEUU, Maduro se ha abstenido de viajar en los últimos años a Europa e incluso hasta la fecha no ha aceptado visitar Colombia donde gobierna su aliado Gustavo Petro. En medios diplomáticos de Brasilia se da como un hecho que Maduro preferiría enviar a alguno de los hermanos Rodríguez, la vicepresidenta Delsy o el presidente la asamblea nacional chavista Jorge, en su representación.
Lula pretende reestablecer relaciones diplomáticas con el régimen chavista desde el mismo 01ENE23. Hasta la fecha no ha dejado saber quién será su embajador ante el gobierno de Maduro. En medios diplomáticos de Brasilia causó sorpresa que Maduro optara por indicar a un funcionario de bajo rango político y diplomático para que ejerza como su embajador ante el gobierno de Lula. Se trata de Manuel Vicente Vadell, quien ejercía como Cónsul de Maduro en São Paulo y quien permaneció ilegalmente en Brasil luego que en marzo de 2020 el gobierno Bolsonaro ordenara la salida de los diplomáticos chavistas. Según O Globo, el gobierno Bolsonaro permitió que Vadell, quien se negaba a regresar a Venezuela alegando la pandemia de COVID, regularizara su situación migratoria y posteriormente abriera una tienda de venta de ropa en el barrio Vila Madalena en São Paulo.
Por cierto. María Teresa Belandria, quien ejerció como Embajadora de Venezuela en Brasil por designación del presidente interino Juan Guaidó desde 2019, fue objeto de varios actos de despedida por parte del cuerpo diplomático acreditado en Brasilia. Dando como un hecho que Lula procedería a reconocer al gobierno de Maduro, Guaidó y Belandria acordaron anunciar al gobierno de Brasil que a partir del 26DIC22 cesarían las funciones de la Embajada. Por lo menos tres recepciones, típicas cuando un diplomático reconocido cesa en sus funciones, fueron ofrecidas a Belandria por parte de las misiones diplomáticas de EEUU, la Unión Europea y los Países Bajos.
El anuncio por las autoridades electorales de los resultados que daban como ganador a Lula da Silva como presiente de Brasil, el 30OCT22, fue seguido de un total silencio por parte de Jair Bolsonaro. El presidente que alega haber sido objeto de fraude electoral y de un poder electoral posicionado en su contra, se negó a reconocer expresamente los resultados y se cobijó en un silencio que, según fuentes cercanas a la familia presidencial, dejaban ver un cuadro de depresión, y que según observadores políticos manifestaba incapacidad de Bolsonaro para reaccionar a los nuevos hechos. Miles de ciudadanos fueron a las calles para protestar los resultados y clamar para que una intervención militar impidiera la toma de posesión de Lula. El Cuartel General del Ejército en Brasilia permanecía rodeado de bolsoneristas que acamparon exigiendo un pronunciamiento militar que reiteradamente fue negado por los altos mandos castrenses.
Temeroso de la apertura de procesos judiciales en su contra, sin apoyo político de sus aliados partidistas para encabezar un acto de desconocimiento a los resultados electorales, Jair Bolsonaro optó por abandonar Brasil el 20DIC22 con destino a EEUU. A bordo de un avión oficial presidencial, Bolsonaro voló desde Brasilia con destino a Orlando, en el estado de Florida, donde ya estaban varios miembros de su clan familiar. La aeronave tras hacer una parada técnica en Boa Vista, estado de Roraima, fronterizo con Venezuela, tomó rumbo al noreste para obviar el espacio aéreo venezolano y alcanzar el Atlántico a través de Guyana. Los expresidentes brasileños tienen derecho a contar con un número determinado de “asesores” pagos con recursos públicos y según publicación oficial del 20DIC22, el gobierno dispuso lo necesario para que cinco funcionarios permanezcan en EEUU, a la orden de Bolsonaro, posiblemente en tareas de seguridad.
La presidencia de Brasil quedó en manos del vicepresidente Hamilton Mourão quien sería el encargado de transferir la banda presidencial a Lula da Silva en los actos del 01ENE23.
Brasil cruza a la izquierda de la mano de Lula y las fuerzas populares que rechazan el regreso del PT al poder parecieran haberse quedado sin un líder. Bolsonaro, en una alocución divulgada poco antes de volar a EEUU, pidió a sus seguidores que mantuvieran una fuerte oposición a Lula, pero él sin mayor explicación decidió partir del país antes del fin de su mandato dejando a sus leales seguidores que intentan llegar a Brasilia para protestar contra el ascenso de Lula da Silva.