Venezuela y su relación de amor-odio con el dólar

Redaccion El Tequeno

Estados Unidos es el principal enemigo del régimen socialista de Nicolás Maduro. Sin embargo, el presidente venezolano alabó el dólar estadounidense y estimó que esta moneda es una “válvula de escape” para salir de la crisis.

¿A qué se refiere Nicolás Maduro, cuando elogia la moneda de su principal archirrival, la destaca como una “válvula de escape” a la situación de crisis, y le agradece a Dios que esta exista? En general, cuando un gobierno dice algo así, significa que el país está renunciando a una parte sustancial de su soberanía y se subordina a las decisiones sobre política monetaria de los Estados Unidos y de la Reserva Federal.

“Los pueblos de América Latina siguen viendo sus monedas nacionales como una señal de soberanía e independencia. Cuando se renuncia a la moneda propia, eso se considera casi como un gesto de sometimiento ante una potencia extranjera. Es peor aún si se trata de los Estados Unidos”, comenta a Bloomberg Mac Margolis, experto en América Latina.

La dolarización es una “opción nuclear monetaria” para un país, agrega Margolis. Es el último recurso cuando todos los demás instrumentos de gestión de crisis ya no funcionan. Esa es una de las razones por las que, en algunos países, el dólar estadounidense es la moneda principal. Oficialmente, solo tres países latinoamericanos adoptaron el dólar estadounidense: EcuadorEl Salvador y Panamá.

Mayor uso del dólar

“Este no es el caso de Venezuela”, explica a DW el economista Luis Vicente León, director de la empresa de investigación de mercados Datanalysis, de Caracas. Si bien el bolívar es actualmente casi una moneda “zombi” debido a la hiperinflación, según sus cálculos de octubre de 2019 “sólo” el 54 por ciento de todas las transacciones con bienes y servicios en Venezuela se realizaron en moneda extranjera. Sin embargo, en comparación con la crisis económica en 2012, el uso de divisas para el intercambio de bienes y servicios se ha multiplicado por diez.

En la mayoría de los demás países de la región, las personas que pueden permitírselo confían tradicionalmente en el dólar estadounidense cuando se trata de protegerse contra la inflación y la devaluación de la moneda. Incluso en la crisis actual de Argentina, la gente está mirando todos los días el valor del dólar para saber cuál es su poder adquisitivo.

Cifras del terror

Sigue en cuestionamiento que la solución a la crisis económica que vive el pueblo venezolano pueda ser mejorada o superada por el uso del dólar estadounidense, como afirma Maduro.

El jefe del departamento de América Latina del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alejandro Werner, asume que la crisis económica y humanitaria en Venezuela continuará empeorando.

“Se espera que el Producto Interno Bruto (PIB) real disminuya en un 35% en 2019, de modo que la disminución acumulada estimada desde 2013 se elevará a más del 60%”, dice Werner.

En otras palabras, el volumen de la economía del país se ha reducido a más de la mitad desde 2013. El bolívar, que ya ha perdido alrededor del 90% de su valor este año, es probable que continúe en baja. De hecho, el FMI estima que la hiperinflación se duplicará, y que pasará de un 200.000% de este año, a 500.000% en 2020.

Oro y chatarra como salvavidas

El gobierno de Caracas lleva meses tratando de hacer rendir sus últimas reservas para obtener divisas. Las reservas de oro se han vendido a Turquía y a otros países, esquivando abiertamente las sanciones estadounidenses contra el régimen de Maduro. Recientemente, un gran cargamento de chatarra y metales viejos ha emprendido un viaje a Estambul.

De todos modos, el presidente Maduro ha confirmado recientemente que el bolívar seguirá siendo la moneda oficial de Venezuela. El presidente, no obstante, no mencionó los productos que aún se pueden comprar con la moneda venezolana. Maduro también lanzó una criptodivisa llamada petro en febrero de 2018 para volverse menos dependiente del dólar estadounidense, pero el proyecto no prosperó.

“Taxista sin gasolina”

El economista venezolano Ricardo Hausmann, quien enseña en la Universidad de Harvard y asesora al líder de la oposición, Juan Guaidó, compara la situación de su país natal con la de un taxista que tiene un automóvil sin gasolina. Para impulsar la economía, el académico de Harvard se basa en la apertura del sector petrolero a los inversores extranjeros con el fin volver a obtener divisas en el país. Hausmann, sin embargo, se muestra escéptico respecto de la dolarización de Venezuela.

A principios de 2019, el economista asumió que Venezuela también necesitaría un paquete de ayuda del FMI de al menos 60.000 millones de dólares para volver a encarrilar la economía del país. Entretanto, esa suma ya podría no ser suficiente.

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