La falta de ingresos y los altos precios han paralizado el comercio en los mercados municipales del país, centros de compra y venta tradicionales que actualmente están pasando por un momento difícil.
Prensa de Lara | Julián Alvarado
Pasillos vacíos, puestos desocupados, trabajadores sin mayor actividad comercial y propietarios con miedo e incertidumbre son constantes imágenes perceptibles al momento de visitar los principales mercados municipales de la ciudad de Barquisimeto. Los conocidos mercados Obelisco, San Juan o Terepaima parecieran, de a poco, quedar en el olvido de los ciudadanos.
«Hay veces que vendemos cinco piezas de ropa y otras que nos vamos en blanco», comentó Manuel Márquez, propietario de un puesto comercial en el Mercado Obelisco, localidad fundada en el año 1998 y que por muchos años fue el sitio perfecto para consumidores y compradores en búsqueda de ropa para niños o adultos.
En la actualidad, los 1.115 puestos que solían estar totalmente poblados y eran visitados por centenares de personas diariamente sólo cuentan con la operatividad alrededor de 50 a 60 puestos los días viernes y sábados, jornadas en las que se encuentra abierto el mercado desde las 7:00 de la mañana hasta las 2:00 de la tarde.
«En esta fecha, en los meses de agosto y septiembre, el mercado estaba prácticamente colapsado porque llegaba gente de otros estados a comprar y se llevaban mercancía al mayor. Hoy en día las ventas están por el suelo y también tenemos problemas con los arrendatarios que no quisieron venir a trabajar más; prefieren laborar en el centro, en el comercio informal», indicó Víctor Rivero, presidente de la Asociación del Mercado Obelisco, mientras señalaba la infraestructura del lugar y manifestaba que el vandalismo ha hecho de las suyas por la falta de seguridad.
Con más años de existencia y un arraigo más importante en la colectividad larense, el Mercado San Juan, ubicado en la calle 37 con carrera 13 de Barquisimeto, no ha sido esquivo de la debacle económica del país y cuenta en la actualidad con una operatividad del 30% de su capacidad.
«La problemática que tenemos es que no hay ventas, han bajado demasiado y no es nada más acá; todos los mercados municipales se encuentran igual, luchando para poder subsistir y llamar a los consumidores», enfatizó Belkis Hernández, vendedora con más de 40 años presente en el Mercado San Juan y que añora recuperar la época de grandes actividades comerciales.
En la conocida localidad hay 110 puestos y tan sólo 40 de ellos se encuentran con personal laborando. Los negocios de carne son los que tienen más ventas, pero estas no son comparables con las cifras manejadas en los años anteriores al 2018.
El Terepaima es otro mercado duramente afectado y los vendedores que hacen vida en este aseguran que uno de los motivos por el que las ventas han ido en picada es la presencia de comerciantes informales en calles cercanas al mercado, pues cada vez son más los vendedores.
