Los torrenciales aguaceros caídos en Rubio, estado Táchira, han causado estragos, como vías obstruidas, diez casas en riesgo y más de 30 familias afectadas por los malos olores de las cloacas rotas en La Palmita.
Lo que era un pequeño hueco hace dos meses en la ruta que conduce al cementerio local se ha transformado en un gran hundimiento que se tragó la carretera y las aceras y ahora dejó sin acceso a quienes viven en esta zona.
Tras las lluvias y las crecidas del río que pasa cerca, el terreno fue debilitándose, la tubería de aguas negras se reventó y todo el terreno colapsó restringiendo el paso por la zona.
Hace 15 días, los deudos pasaban con las urnas por los extremos de las aceras pero desde esta semana ni siquiera es posible pasar al otro lado, por lo cual deben tomar una vía alterna para poder llevar los féretros al camposanto.
Además del temor de que la falla siga socavando el terreno y afecte las casas, los vecinos también están preocupados por las enfermedades que puedan surgir producto de la exposición de aguas negras.
La alcaldía de Rubio ha llevado maquinarias y mantiene personal en el sitio pero esto ha sido insuficiente, porque no han dado con la causa. Hace unos días el gobernador Freddy Bernal estuvo a dos cuadras del lugar debido a que unas familias perdieron sus casas producto de la crecida del río; sin embargo, su personal no visitó los alrededores del cementerio.
Algunos vecinos creen que se debe a la pugna política entre opositores y gobierno, ya que la alcaldía está en manos de un opositor y fue el que inicialmente hizo los trabajos.
Los habitantes piden que ambos poderes se pongan de acuerdo para traer el personal y maquinaria calificada y puedan reparar las tuberías y las calles, ya que además de no haber libre tránsito está en peligro la salud de la comunidad, en especial niños y adultos mayores en situación de vulnerabilidad.