Los tachirenses tenían la esperanza que con la reactivación de las relaciones comerciales entre Venezuela y Colombia, hace ocho meses, y el restablecimiento de la circulación vehicular por todos los puentes internacionales desde enero, la actividad económica iba a incrementarse y los niveles de inseguridad disminuirían, pero nada más alejado de la realidad.
Según los últimos reportes de las ONG FundaRedes y el Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV), los ataques con granadas a comercios y predios agropecuarios, dirigidos por paramilitares, bandas de crimen organizado y sicarios, se han disparado en 2023, situación que mantiene en zozobra a la población y frena las inversiones comerciales.
En Táchira van tres ataques con granadas de fragmentación en cinco meses, dos se han registrado en el municipio Pedro María Ureña y uno en San Antonio . El más reciente fue el domingo 7 de mayo en Ureña, criminales lanzaron una granada M-26 contra un pool o local nocturno, resultando heridas ocho personas de gravedad. Las primeras declaraciones del gobernador de Táchira, Freddy Bernal, pocas horas después del atentado confirmaron que los autores fueron los paramilitares colombianos Los Rastrojos, los Urabeños o también conocidos como el Clan del Golfo y La Línea, que han sido responsable de varios ataques violentos al Norte de Santander, Colombia y que han pretendido sembrar el terror también del lado venezolano.
«El foco fundamental es la cárcel modelo de Cúcuta, ahí está la cabeza de la criminalidad. Ya estamos trabajando con las autoridades colombianas gracias a las buenas relaciones… Ya hemos ubicado algunos criminales en la cárcel modelo que van a ser trasladados en los próximos días a cárceles de alta seguridad en Colombia para evitar la comunicación entre esas cabezas del crimen organizado y las estructuras de carácter militar que ellos tienen en el territorio. Un lugar donde hemos determinado que hay mayor presencia de los grupos paramilitares es el llamado barrio El Escobal que queda frente a la población de Ureña y por eso es que la violencia se ha sentido con mayor fuerza en esta zona de frontera», indicó Freddy Bernal este jueves 11 de mayo.
Pidió a los comerciantes venezolanos que no paguen ni un céntimo a estos grupos criminales en vacunas, y que denuncien ante las autoridades que están siendo extorsionados para darles captura de inmediato.
Adriángela Álvarez, investigadora de FundaRedes, destacó que el primer caso con granada en Táchira fue el 23 de enero, atacaron una licorería a la medianoche. «Este tipo de hechos violentos suelen ser frecuentes en Colombia, pero en Venezuela no ocurrían, situación que evidencia que los grupos de crimen organizado se vienen expandiendo porque han sido poco efectivos los planes de seguridad venezolanos para combatirlos», opinó.
Golpe al comercio
Un informe de FundaRedes sobre contexto fronterizo, revela que sólo en marzo hubo 35 asesinatos registrados entre Apure, Amazonas, Bolívar, Falcón, Táchira y Zulia, siendo este último estado el que lidera los niveles de violencia en el país, por la cantidad de ataques con granadas, extorsión y balaceras contra comercios, que van desde supermercados, discotecas, viviendas, centros de salud privado y hasta la sede del Palacio de Justicia del Zulia, en Maracaibo.
«En Zulia tenemos un trofeo negativo. Es donde más se ha dado la extorsión en toda Venezuela. La extorsión es contra comercios que manejan dólares. El 18 de febrero hubo ataques de disparos a mansalva a dos negocios, llegaron a plena luz del día, unos hombres se bajaron de sus motos y con armas de guerra dispararon contra trabajadores y clientes de un supermercado y una carnicería, eso produjo dos muertos», relató Jorge Govea Cabrera, director del Observatorio Venezolano de Violencia en Zulia (OVV).