Está en marcha una campaña atípica y de sólo 3 semanas en Venezuela. Especialistas notan que el oficialismo apela a la figura de Hugo Chávez, pero trata de mostrar a Maduro como una figura «fresca», mientras que la oposición apuesta por la “esperanza de cambio” con María Corina Machado a la cabeza.
VOA
Las promesas de un cambio político, el reencuentro familiar y un futuro próspero marcan los primeros días de la fugaz campaña presidencial en Venezuela, tanto de la oposición, liderada por la figura “maternal” de María Corina Machado, sin ser candidata, como del mismo gobierno y su postulante a la reelección, Nicolás Maduro, según expertos.
El candidato de la opositora Plataforma Unitaria, Edmundo González Urrutia, y Maduro, por el Partido Socialista Unido de Venezuela y sus aliados de la izquierda, polarizan las opciones de la elección del 28 de julio, que los actores políticos locales y de la comunidad internacional esperan que ayude a zanjar la prolongada crisis política del país sudamericano.
El jueves 4 de julio se inició oficialmente la campaña electoral en una carrera donde la oposición, por primera vez en los últimos 25 años, parte como favorita.
En un contexto de descontento con el oficialismo, que podría interrumpir un cuarto de siglo de gobierno del chavismo, el presidente Maduro arranca su campaña “sin un concepto claro de su estrategias” y con algunas contradicciones, de acuerdo con el politólogo Jesús Castellanos.
En conversación con la Voz de América, el especialista en asuntos electorales destaca que el chavismo lanzó dos videos con mensajes diferentes: uno, donde se hace alusión al expresidente Hugo Chávez, para “reconquistar parte del voto chavista”; y otro, sin él, apelando a la “esperanza” y proyectando a Maduro como una “opción fresca”.
Maduro ha intentado imitar a María Corina Machado en sus actos de calle, mostrándose “afable, cercano, amigable”, diagnostica Castellanos, aunque recuerda que se le vio luego “discriminando” a González por su edad, llamándolo “viejo decrépito”.
El politólogo Víctor Maldonado, por su parte, enfatiza en que ambos flancos políticos sorprenden con la coincidencia de sus mensajes en esta campaña.
“Se disputan la esperanza de un cambio para mejorar las condiciones de la gente”, apunta a la VOA. A su juicio, el oficialismo “planteó mal su estrategia” pues, siendo gobierno, debe justificar creíblemente las causas de los problemas actuales del pueblo venezolano.
Maduro y sus voceros suelen argumentar que la principal razón de la crisis nacional es la política de sanciones económicas de gobiernos extranjeros, apoyadas por la oposición. Ese discurso es parte de sus piezas de campaña para la elección del 28 de julio.
El argumento, de acuerdo con Maldonado, “luce desgastado” en Venezuela.
Subraya que la oposición y el chavismo han apostado por “una campaña emocional” donde las imágenes “opacan las palabras” y las ofertas políticas están “subordinadas” a la fortaleza y los mensajes de líderes como Machado y Maduro.
“En un extremo está Nicolas Maduro, prevalido de toda la fuerza del poder ejercido sin límites. Del otro lado, el arrastre carismático de María Corina, cuya oferta es la reunificación de las familias, como final feliz”, destaca Maldonado.
“La calle emocional está con María Corina, pero la fuerza potencial de la organización, el ventajismo de contar con todos los poderes públicos y la capacidad para reformular en cualquier momento las reglas del juego, están en el puño del oficialismo”, concluye.
Machado, figura clave
Laura Castellanos, especialista en comunicación estratégica, crisis e imagen, resaltó que las encuestas revelan que existe una alta expectativa de participación en medio de un electorado que se mostraba cansado de la política y de votaciones cada dos años.
Allí, los mensajes de “esperanza, prosperidad y cambio son vitales”, dice.
Advierte que el chavismo lanzó “globos de ensayo” durante la precampaña que no surtieron efecto a su favor, como tratar de posicionar a otros candidatos opositores y denunciar supuestos intentos de magnicidio.
Según la experta, la estrategia opositora de anticiparse visitando pueblos y regiones del interior, con Machado a la cabeza, fue tan exitosa que “arrastró” a la oficialista, que se había centrado en ser “100 % digital”, con programas y mensajes en redes sociales e Internet.
Machado se consolida como “figura de madre protectora” y “una política empoderada” en sus concentraciones masivas en poblados de regiones como Los Andes, con un mensaje “triunfador, mas no triunfalista” y un discurso “popular, mas no populista”, señala.
Las movilizaciones de ambos candidatos en ciudades como Caracas también serán “clave”, pues la oposición parece decidida a disputar sus espacios “de tú a tú” y “sin miedo” a actos represivos en contra de sus simpatizantes, indica la especialista.
Una campaña “atípica”
Pablo Andrés Quintero, politólogo y socio director de la firma LOG Consultancy, considera que la campaña electoral es “extremadamente atípica”, está “vacía de propuestas” tangibles y arranca marcada por la hostilidad entre los actores en disputa.
Sin embargo, observa coincidencias en los mensajes de ambos bloques.
“Hay un elemento en común en ambos bandos, que es el tema de la familia, el reencuentro, la unidad familiar. El chavismo no ha podido comunicar cómo va a solucionar los problemas cotidianos”, como las fallas de servicios públicos, afirma.
El chavismo, asimismo, ha mostrado una comunicación “saturada” de descalificativos contra sus adversarios, quizás “excesivo”, subraya Quintero. “La oposición ha evitado la confrontación y se ha encargado de hablar de cambio y futuro”, puntualiza.
Maduro y sus partidarios, por su parte, insisten en usar el término “transformación” para sugerir que existen planes de gobierno para solucionar los problemas nacionales, dice.
“Es un concepto bastante abstracto hablar de transformación sin un anclaje real de lo que significa, que no se ve ni se percibe, es bastante delicado”, advierte a la VOA.