El coordinador de Vente Guaicaipuro se refirió al abandono en cuanto a los servicios públicos que padecen los ciudadanos, calificando como alarmante la situación.
«No es sólo en Guaicaipuro, donde se refleja crudamente esta realidad, es en Miranda, en todo el país. La ausencia de agua es insólita hasta en lugares como Los Teques, Cecilio Acosta o Paracotos, cuyo subsuelo es acuífero a más no poder. El acceso permanente al agua es un derecho humano. Pero ningún servicio funciona».
-Cunde una situación desesperante de abandono generalizado: el gas, los alimentos, la salud, la gasolina, el efectivo, la electricidad, la telefonía, el transporte, la inseguridad. No existe atención. Todo se vuelve contra la normalidad de la vida ciudadana. Y no son efectos de la pandemia, sino de la improductividad, del robo y saqueo permanente de los recursos, de la carencia de funcionarios públicos al servicio de la colectividad.
Finalizó el dirigente político: «No es justo. Es criminal. La ciudadanía venezolana está presa en sus casas, secuestrada y maltratada, sin poder contar con alguna certeza de que algo de su vida cotidiana va a funcionar. La situación se torna agobiante, desesperante, para todos los individuos».
«Se torna enloquecedora esta calamidad pública. Si no fuera por el costo de los pasaportes, por las restricciones que impone la pandemia y por las precariedades económicas que impiden viajar con libertad, la huida de los compatriotas a otras tierras sería mayor y más acelerada. Se tiene que precipitar una alternativa política y económica. Esta catástrofe provocada por el régimen de Nicolás Maduro debe detenerse. Rebasó hace tiempo la sola crisis humanitaria. Es un tormento que invade y duele cada día, cada hora, en cada ciudadano. Se precisa un freno porque ya pasó la barrera de lo soportable».
Redacción El Tequeño