Esta propuesta va dirigida al régimen del terror. Sin ambages. También a los países amigos de Venezuela. Los verdaderamente amigos. Aquellos que todavía reconocen los efectos positivos en la sociedad del proceder democrático. Sé que no es lo más adecuado. Lo procedente es la liberación inmediata de todos aquellos que están indebidamente en prisión por razones políticas. Pero, ante la inclemencia de la tiranía, hay que plantearse alguna medida más allá de sus oídos sordos. Más allá de los gritos diarios y los carteles de familiares, amigos y demás dolientes que son indispensables, desde luego, para no olvidar jamás lo ocurrido.
Un buen conjunto de países que pudieran estar encabezados por la Unión Europea, o la tan amable Noruega, o Canadá, o Francia, o Los Países Bajos, o con la intervención del grupo IDEA, o por la OEA ya que el señor Almagro anda en la onda de la cohabitación que no comparto para nada, por ejemplo, podría plantearse liderar el otorgar asilo político en diferentes naciones, más de cincuenta que son los que han venido apoyando a la Asamblea Nacional electa de verdad, para los más de trescientos presos políticos. Serían menos de una decena de presos políticos por cada país que con nombre y apellido pediría su liberación. O sea, no será una gran carga para cada uno. Esto podría ser una alternativa interesante si se realizan los acuerdos necesarios. Que no se convierta en un bochornoso canje, porque aunque parezcan, no son estos conciudadanos unos prisioneros de guerra.
Obviamente esto significa reconocer, por parte del régimen, algo que oficialmente nunca ha estado dispuesto a aceptar, a pesar de estar demandada su actuación firmemente en la Corte Penal Internacional. Esto es que en Venezuela existen más de trescientos presos políticos todavía. Ante lo cual el poder establecido no da brazo a torcer. Pero que significan un dolor social y político permanente. Ello sería un indicador benéfico en vísperas de elecciones. Por más que el grupete que anda con el poder quiera ocultarlo, allí están en las mazmorras mujeres, hombres, militares, algunos americanos, otros españoles, un adolescente y unos perros que no deberían estar siendo torturados junto a sus familiares, física y psicológicamente. Un asilo político bien les serviría para recobrar su libertad, aunque, repito, no sea el modo adecuado.
Tampoco el modo adecuado es la tormentosa libertad condicional con la que retienen bajo custodia a miles de supuestos liberados. Quienes deben presentarse ante los custodios de sus acciones, quienes tienen límites para hablar o para salir del país o de algunos estados, o quienes tienen todavía casa por cárcel. Inadmisible proceder, inmensa mácula esta para presentarse el régimen en elección alguna. El reclamo mayor debe venir del partido de los agentes que están detentando malamente el poder y sus pocos seguidores. Pero, en este sentido, debe incrementarse la demanda internacional de liberación. Lograr una negociación como esta sería un buen paso previo de entendimiento para llegar a la tan deseada apertura democrática y las elecciones libres.
Así, algunos países liderando el plan y el régimen aceptándolo, permitirían a quienes sufren hoy en cárceles políticas como El Helicoide, o Ramo Verde o en las cruentas cárceles comunes tan peligrosas, un respiro para con su libertad timada por el odio de la opresión que despótica se enfrasca en demostrar a diario que han arrebatado el poder y lo usan con abuso permanente sobre la ciudadanía. Un plan así podría poner en libertad inmediata a quienes el régimen no quiere ver más y a quienes quiere ver sufrir por alzar la voz y las acciones contra sus desmanes criminales. Espero que se active la diplomacia al respecto y que los presos políticos excusen junto a su familia y abogados esta inconsulta propuesta pública.