WOLA: Cuatro conclusiones sobre las condiciones electorales de cara a las elecciones presidenciales de 2024 en Venezuela

Redaccion El Tequeno

Venezuela se prepara para las elecciones presidenciales del 28 de julio. La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) invitó a dos expertos para discutir las condiciones electorales que pueden definir el resultado. Eugenio Martínez, director de Votoscopio, y Griselda Colina, directora general del Observatorio Global de Comunicación y Democracia, compartieron oportunas percepciones y preocupaciones sobre el proceso electoral en Venezuela.

Por WOLA

Aunque el gobierno y la opositora Plataforma Unitaria firmaron el Acuerdo de Barbados sobre Condiciones Electorales en octubre del año pasado, estas elecciones no se están celebrando en condiciones libres y justas. El gobierno autoritario de Venezuela ha inhabilitado candidatos e impuesto restricciones que suscitan serias dudas sobre la imparcialidad del proceso electoral. No obstante, la oposición y la sociedad civil mantienen su compromiso de movilizarse con la esperanza de iniciar una transición democrática.

Estas son las principales conclusiones de nuestra conversación:

1. Observación electoral

Como explicó Eugenio Martínez, la transparencia del proceso electoral se basa en tres pilares: la labor de los testigos electorales, los observadores internacionales y nacionales, y los miembros de cada «mesa» o centro electoral.

Tradicionalmente, los observadores nacionales han jugado un papel importante ya que tienen la capacidad de desplegar una misión más amplia en todo el territorio, y tienen conocimiento del procedimiento y la dinámica electoral a nivel local. Para este proceso electoral, el Observatorio Venezolano Electoral (OEV) no fue acreditado por el Consejo Nacional Electoral para participar como observador. La Red de Observación Electoral Asamblea de Educación (ROAE) recibió credenciales para acceder a los centros de votación. Unas 600 credenciales -menos de las que ROAE había solicitado- fueron finalmente entregadas la semana pasada. Hay otros tres grupos que han recibido credenciales y Griselda Colina explicó que hay poca información sobre su trayectoria como observadores: Centro de Estudios Superiores, Proyecto Social y Asociación Venezolana de Juristas.

Sin acreditación formal sino en su rol de sociedad civil, una coalición de organizaciones de la sociedad civil denominada Red Electoral Ciudadana realizará actividades independientes de observación contextual con perspectiva de derechos humanos. Otras organizaciones vigilarán las restricciones y las violaciones de los derechos humanos.

El acceso de la observación internacional ha sido igualmente limitado, con el Panel de Expertos Electorales de la ONU y el Centro Carter entre los únicos observadores técnicos que recibieron invitaciones. El gobierno de Maduro revocó su invitación a la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea el pasado mes de mayo, haciendo alusión a las sanciones aplicadas por sus estados miembros. El lunes, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, recibió en Caracas a los observadores del Centro Carter.

A medida que Venezuela se acerca a las elecciones, se han anunciado nuevas misiones de Colombia y Brasil. “Más que misiones de observación, es acompañamiento político”, asegura Martínez. Estas podrían contribuir a la vigilancia de la transparencia del proceso, pero no son misiones técnicas. Las dos únicas misiones técnicas de observación internacional son la del Centro Carter y la del Panel de Expertos Electorales de la ONU.

2. Otras condiciones electorales

Como señaló Eugenio Martínez, “El sistema [de votación automatizada] se ha auditado, el sistema va a funcionar… El problema está en el entorno alrededor del proceso de votación”. Es decir, el sistema de voto electrónico es seguro, pero existen otras irregularidades que merman la transparencia del proceso y que podrían agudizarse el día de las elecciones. Por ejemplo, la coacción a los votantes en lugares controlados por el gobierno, la extensión del horario de apertura de los colegios electorales, la limitación del acceso de observadores y testigos electorales, entre otras.

Los testigos electorales también son cruciales para evitar irregularidades y garantizar el escrutinio del proceso. Son representantes de los candidatos presidenciales que están presentes en cada centro de votación, como garantía de la transparencia del proceso. El CNE cambió las reglas del juego para exigir que los observadores electorales sean electores en el centro en el que ejercen su función de testigos del proceso, algo inédito. A pesar de esta nueva limitación, la oposición pudo solicitar la acreditación de al menos un observador electoral de la oposición en el 98 por ciento de los 30.026 centros de votación de todo el país. Sin embargo, hasta el momento de esta entrevista, el CNE no les había otorgado las credenciales para poder realizar su trabajo. Se espera que dichas credenciales sean otorgadas a lo largo de esta semana.

3. El papel de la comunidad internacional

El papel de la comunidad internacional respaldando el deseo de los venezolanos de unas elecciones competitivas será muy relevante, tanto durante como después de los comicios. El presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, ha sido uno de los actores más destacados en los últimos días, llegando incluso a enviar a uno de sus principales asesores de política exterior a Venezuela antes de las elecciones. Del mismo modo, Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), encabezada por el mexicano Vicente Fox, y otros veteranos políticos conservadores han anunciado su deseo de asistir a las elecciones, pero no está claro si se les permitirá el acceso al país.

La reacción de la comunidad internacional a los resultados electorales, sea favorable a Maduro o a la oposición, impactarán  las sucesivas negociaciones. Si el gobierno de Maduro reconoce su derrota, las negociaciones deberán establecer las condiciones para un traspaso de poder en enero de 2025. Si el gobierno de Maduro reclama la victoria a pesar de la evidencia de irregularidades o de otra manera hace caso omiso de los resultados, es probable que los actores internacionales emitan una rotunda condena de las elecciones.

4. Resultados electorales y lo que viene después

Según nuestros expertos invitados, independientemente de los resultados oficiales, es probable que las elecciones desencadenen un complejo proceso de negociación. Eugenio Martínez sugiere que Venezuela podría enfrentarse a un escenario en el que los resultados no se publiquen inmediatamente en la noche del 28 de julio. Con las instituciones bajo el control del partido gobernante hasta el inicio del próximo mandato presidencial en enero de 2025, la gobernabilidad del país sigue siendo incierta.

Colina se refirió a otro panorama posible en el que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) podría aceptar la derrota ante una victoria aplastante de la oposición. En este escenario, la maquinaria del partido se volcaría a preservar su viabilidad política a nivel local y estatal de cara a las próximas elecciones regionales y parlamentarias de 2025. Esta estrategia dependería de los cálculos de costo-beneficio de los funcionarios del partido con respecto a su supervivencia política a largo plazo.

El compromiso de los venezolanos con el derecho a votar y a tener autonomía sobre su destino exige el apoyo internacional en la defensa de sus derechos políticos. Las negociaciones posteriores, con la mediación de Noruega o de otros actores, deberían tener como objetivo reinstitucionalizar el país, restaurar el Estado de derecho y garantizar el respeto de los derechos humanos.

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