La investigación sobre el caso penal que implica a Yevgeny Prigozhin y su presunta implicación en la organización de un motín armado sigue activa, según informó este lunes la agencia de noticias estatal rusa TASS, citando a una fuente cercana a la Fiscalía General.
El diario Kommersant asegura que el caso penal que se abrió contra líder mercenario por rebelión armada sigue abierto. La fuente de este medio dice que la causa aún no se ha cancelado y que la investigación continúa. Aunque añade que ha pasado muy poco tiempo para tomar una decisión diferente.
Exilio en Bielorrusia
La agencia Ría Nóvosti cita una fuente en la Fiscalía General que asegura no constarle que el caso se haya cerrado, sin ofrecer más detalles.
Después de llegar a un acuerdo en el que intervino como mediador el presidente de Bielorrusia, Alexánder Lukashenko, el Kremlin dijo el sábado por la noche que el caso penal contra Prigozhin se cerrará y él se irá a Bielorrusia. «Si me preguntan cuál es exactamente la garantía para que Prigozhin pueda irse, (diré que) es la palabra del presidente de Rusia», dijo Dimitri Peskov, jefe de prensa de Vladímir Putin.
Además, se acordó que los combatientes de la empresa militar privada Wagner no serán llevados ante la justicia, en atención a los servicios prestados a Rusia. Los que no hayan participado directamente en el levantamiento podrían firmar un contrato y unirse al Ejército ruso.
Antes de esta crisis Putin había ordenado que todas las unidades de «voluntarios», lo que incluye a las empresas militares privadas, firmen un contrato con Defensa antes del 1 de julio. Prigozhin, que de esta forma perdería el control de Wagner, se negó.
Prigozhin se había negado a firmar un contrato con Defensa
Hasta que se logró el acuerdo se habían sucedido 24 horas de infarto:
En la noche del viernes, 23 de junio, Prigozhin acusó al Ministerio de Defensa de atacar con misiles los «campamentos de retaguardia» de sus combatientes y prometió responder. El Ministerio de Defensa rechazó las acusaciones mientras el Servicio de Seguridad Federal (FSB, antiguo KGB) inició una causa penal contra el empresario, antiguo aliado de Putin, por rebelión armada, un delito penado en Rusia con hasta 20 años de prisión.
En la madrugada del día 24, los mercenarios de Wagner entraron en Rostov del Don y tomaron el control del mando militar de esa ciudad de más de un millón de habitantes en el sur de Rusia. Prigozhin, que exigía la detención del jefe del Estado Mayor del Ejército, Valeri Guerásimov, y del ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, a quienes acusaba del ataque contra sus hombres, anunció que estos iniciarían una «marcha por la justicia» hacia Moscú, mil kilómetros al norte, para acabar con los jefes militares corruptos.
Enfrentado a Shoigú y Guerásimov
El jefe del Grupo Wagner denunció la desastrosa gestión de la cúpula militar rusa, encabezada Shoigú y Guerásimov, en la guerra en el país vecino, que, dijo, había costado la vida a unos «100.000 soldados rusos».
Más tarde, Putin difundió en televisión un mensaje a la nación en el que calificó el levantamiento de «puñalada por la espalda» y «traición», al mismo tiempo que prometía una brutal respuesta y hacer todo lo posible para evitar una guerra civil.
Columnas de vehículo militares de los «wagneritas» fueron pasando por el territorio de varias regiones en su camino hacia Moscú. Además de Rostov del Don, llegaron a Vorónezh y Lípetsk, por donde pasa la carretera que une el sur del país con la capital.
Con información de CNN/ La Vanguardia