7 días en Islandia (en invierno)

Redaccion El Tequeno

¿Te atreverías a viajar al umbral del polo norte en Invierno?

Si la respuesta es sí, tienes doble premio: vas a alucinar con los colores de esta isla en invierno y no es tan frío como podrías imaginar.

Aunque no lo creas, no hace tanto frío como piensas. Debido a las corrientes provenientes del Golfo de México, el clima islandés en invierno es más cálido que el de Nueva York y Londres. La temperatura media es de unos 3 grados. No suele bajar de 0 y la máxima puede llegar hasta 8 grados.

Y si bien la temperatura no es un obstáculo, también es cierto que a menudo se generan fuertes tormentas que dificultan la circulación en la isla, mayormente en la parte norte. Así que vamos a viajar al SUR DE ISLANDIA.

Día 1 – Reikiavik

Llegada a la capital de Islandia en la mañana. Aprovechamos las horas de luz, que son muy pocas (4 ó 5 horas) para familiarizarnos con Reikiavik y con los sitios más icónicos: el edificio más alto del país, la famosa iglesia Hallgrímskirkja; recorrimos a pie el centro de la ciudad compuesto de tiendas con fachadas preciosas; el puerto; el moderno centro de conferencias Harpa; su escultura más famosa Sólfar (el viajero del sol) inspirada en la forma de un barco vikingo y probamos los perros calientes más famosos del país en Bæjarins beztu pylsur. Estaban ricos pero un poco sobrevalorados en nuestra opinión.

Día 2 – Círculo dorado.

El círculo dorado está compuesto por la majestuosa Cascada de Gullfoss, caracterizada por su doble caída de agua producida por la ruptura de las placas tectónicas. El paisaje es impresionante. La caída de agua tiene una fuerza tremenda y en invierno puede llegar a congelarse. Seguimos con el Valle de Haukadalur, mejor conocido como Geysir. Un lugar donde verás columnas de vapor de agua expulsadas de la tierra. Es espectacular. Y para cerrar nuestra ruta del Círculo Dorado, nos dirigiremos al Parque Nacional Thingvellir, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2004, lugar donde se constituyó el primer parlamento del mundo en el año 930 y donde se encuentra la separación de las placas tectónicas de Norteamérica y Eurasia.

Día 3 – Seljandfoss y Skógafoss

Día para descubrir algunas de las cascadas más bonitas de Islandia. Seljandfoss con su fuerza y su caída de 60 metros, nos dejó flechados. Y Skógafoss, con su caída de metros y un arcoíris que nos daba la bienvenida, nos regaló un paisaje de ensueños. Islandia cada día que pasaba se iba superando en belleza.

Día 4 – Svartifoss y Jökulsárlon

Empezamos el día descubriendo una hermosa cascada envuelta en columnas basálticas: Svartifoss. Para llegar a ella, hay que subir una pendiente constante durante 40 min, pero la recompensa bien valió la pena.

A continuación, seguimos a la conocida como Diamond Beach, una playa de arena negra que pertenece Breiðamerkursandur, una lengua del glaciar Vatnajökull ubicada junto a Jökulsárlón.

Lo espectacular de esta playa se debe a la presencia de icebergs que vienen de Jökulsárlón y que son arrastrados hasta su orilla, creando un contraste precioso con la playa de arena negra. Además, sus formas y colores crean la sensación de estar viendo inmensas rocas de diamantes esparcidas por toda la playa. Por toda esta vistosidad y “rareza”, este lugar se ha convertido en los últimos años, en uno de los sitios favoritos de fotógrafos y amantes de la naturaleza.

Y como aún quedaba un poquito de luz, cogimos el coche y nos fuimos finalmente a Jökulsárlón. Ya en ese momento, teníamos al lago glaciar más grande de Islandia solo para nosotros: ¡un lujazo como pocos!

Día 5 – Jökulsárlon

Y llegamos al día más hermoso de todos: el de los amaneceres increíbles, el de los cielos violetas, el de los icebergs rosas, el de las playas salvajes en blanco y negro y el que contra cualquier pronóstico pudo superar en belleza el día anterior.

Con los primeros rayos de sol nos fuimos a redescubrir el lago glaciar más grande de Islandia. Nunca habíamos visto un amanecer tan espectacular. Casquetes de hielo teñidos de rosado por la luz del sol flotando por en el glaciar. Ni en nuestros mejores sueños podíamos imaginar un espectáculo de paisaje y de color así.

Día 6 – Reynisfjara.

Encuentro con la famosísima playa negra de Vik, Reynisfjara. Nada más entrar, nos recibieron unas columnas hexagonales de basalto, llamadas Hálsanef y cuya altura asciende a los 66 metros. El blanco y el negro dominaba toda la escena: arena negra de origen volcánico, guijarros de basalto y columnas basálticas que contrastaban con el blanco de la espuma del mar y el gris claro del cielo.

Cuando llegamos hacía un tiempo desapacible, el aire soplaba con muchísima fuerza y era casi imposible caminar sin ser empujado por el viento. Como pudimos, fuimos avanzando por el litoral como hipnotizados por lo salvaje de todo en ese lugar.

Día 7 – Blue Lagoon (Reikiavik)

Para terminar, decidimos visitar las termas más famosas de la isla: Blue Lagoon. Puede que esté diseñada para el turista, ya que hay termas mucho más auténticas dispersas en toda la isla, aun así, valió mucho la pena la experiencia de sumergirse en sus aguas humeantes llenas de belleza y singularidad. Están al aire libre, situadas en un campo de lava negra. Podrás disfrutar de cocktails, mientras disfrutas de tu baño, ya que dentro de la misma “piscina” hay un pequeño bar que te sirve las bebidas. También podrás aplicarte las mascarillas que desees (dependiendo de la entrada que elijas) mientras estás dentro.

Si te apetece pasar el día en sus instalaciones, debes saber que dispones de sauna, baño turco y servicio de masajes. También de cafetería y el restaurante con vistas a Lago Azul de Islandia.

Y así, con esta sensación de placer, de conexión con la naturaleza y con las retinas llenas de belleza, nos despedimos de Islandia, por ahora.

Y te preguntarás, ¿y las auroras boreales?

Las auroras fueron justamente la motivación especial para hacer este viaje. Sin embargo, como todo fenómeno meteorológico, son impredecibles, así que no se produjeron mientras estuvimos ahí. Pero, te pregunto: ¿con todo lo que te he contado las has echado de menos? Pues nosotros tampoco. Simplemente se convirtieron en la excusa perfecta para pensar en nuestro próximo viaje.

Beatriz López Díaz

CEO de Inspirience

IG: @Inspirience

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