ABC de España | La lucha bajo amenaza y en solitario de María Corina Machado

Redaccion El Tequeno

En el corazón palpitante de la lucha por la democracia venezolana, emerge María Corina Machado, una figura imponente y de resistencia frente al régimen de Nicolás Maduro. Su voz resuena con la fuerza de quien no teme desafiar al poder, trazando de esa manera un camino de esperanza en medio de la adversidad. Para millones de venezolanos, su nombre es sinónimo de lucha y ven en ella la mujer que podría poner fin a un cuarto de siglo de chavismo.

Por ABC DE ESPAÑA

Desde que asumió el liderazgo el año pasado en unas primarias que celebró la oposición venezolana, el precio ha sido doloroso: un aislamiento que se siente como un exilio interior, una distancia que la separa de sus seres queridos y de sus más estrechos colaboradores que respaldan a lo lejos su incesante batalla por la democracia. Ha visto su círculo íntimo reducirse a lo más mínimo, algo que representa una prueba de fuego que, aunque confesó ser de las más duras, no ha logrado apagar su ánimo.

Tras las elecciones del 28 de julio, en las que Maduro se proclamó presidente, Machado denunció fraude electoral. Argumentó que los resultados oficiales cantados por el Consejo Nacional Electoral, y sin publicar hasta ahora las actas que lo respalden, no coincidían con las de los fiscales de mesa que atribuyen la victoria a Edmundo González Urrutia. Esta insistencia para exigir justicia la llevó a la clandestinidad, un refugio forzado ante las amenazas que provienen desde la cúpula chavista.

Mientras exigía respeto por los resultados, veía a González Urrutia huir a España, víctima de una ola represiva. Machado explicó a sus seguidores, que se sentían desconcertados por la partida de González Urrutia, que la vida del considerado presidente electo corría peligro, y que su salida es una consecuencia del «carácter criminal» del régimen.

Ingeniera industrial de profesión y política de pasión desde 2010, Machado, a sus 57 años, se ha erigido como un roble frente a la tempestad, desafiando al chavismo con la convicción de quien defiende los pilares de la democracia. Su valentía no conoce sombras, ni siquiera cuando, como diputada en 2012, confrontó a Hugo Chávez sobre las expropiaciones, calificándolas de «robo». La respuesta del entonces presidente, «águila no caza mosca», intentó menospreciar su acusación, pero esto no logró eclipsar su determinación.

Símbolo de resistencia

Ahora, bajo el mandato de Maduro, la persecución la ha confinado a un exilio dentro de su propia tierra. En la soledad, enfrenta el dolor de la separación. «Absolutamente sola», ha dicho a los medios, describiendo la imposibilidad de «ver a alguien a los ojos y sentir el contacto humano». «Llevo 146 días absolutamente sola. Esto es algo inexplicable, nunca lo imaginé», escribía en su cuenta de X. Aún así no se doblega.

Tras cinco meses en la clandestinidad, la principal disidente del chavismo sorprendió a sus seguidores al reaparecer en público el 9 de enero, un día antes de que Maduro jurara como presidente por seis años más. En un evento multitudinario en Caracas, Machado se plantó en la calle, desafiando de nuevo al régimen que la acusa desde agosto de una supuesta instigación a la insurrección y traición a la patria por las protestas postelectorales que se desbordaron en las calles del país.

El candidato presidencial opositor venezolano Edmundo González y la líder opositora venezolana María Corina Machado
El candidato presidencial opositor venezolano Edmundo González y la líder opositora venezolana María Corina Machado.

Después de su aparición, Machado fue retenida por un grupo de sujetos en motocicletas. Esta acción de los cuerpos de seguridad despertó la preocupación de venezolanos y una ola de reacciones internacionales, que exigieron su liberación inmediata. Pocas horas después fue liberada y regresó al confinamiento. Desde su aislamiento su voz suena con más aires de resistencia. La reciente salida de su madre, Corina Parisca Pérez, hacia Estados Unidos, fue otro golpe. Esta fue una medida de presión tomada por Maduro, para forzarla a salir de la clandestinidad. Desde el exilio en Estados Unidos, Parisca Pérez observa el tablero político en el que su hija juega una partida de ajedrez contra un rival implacable.

Persecución a su equipo

El exilio de sus hijos (cuando aún eran pequeños) ha sido su acto de amor más doloroso y desgarrador. Pero eso también ha marcado su lucha. Ricardo, Ana Corina y Henrique Sosa Machado, refugiados en Estados Unidos y Colombia, la apoyan en la distancia con la preocupación de quien observa a un ser querido caminar sobre un campo minado.

Ana Corina Sosa Machado es su voz en la distancia y ha representado a su madre en eventos internacionales, llevando el nombre de la líder opositora a todas las instancias que apoyan y reconocen su lucha. En diciembre de 2024, Sosa recibió en nombre de Machado el Premio Sájarov, la máxima distinción que otorga la UE a personajes que defienden los derechos humanos.

La opositora venezolana, con su madre, ahora en el exilio en EE.UU.
La opositora venezolana, con su madre, ahora en el exilio en EE.UU. ABC / RR.SS.

Celosa de su intimidad, Machado guarda con recelo los detalles de su vida personal. Su relación con el abogado constitucionalista Gerardo Fernández Villegas, un compañero de lucha, es un testimonio de amor y resistencia. Antes, estuvo casada (1990-2001) con el empresario Ricardo Sosa Branger, el padre de sus hijos. El régimen ha ido diezmando a su equipo. Sus colaboradores más cercanos, atrapados en la red represiva, buscaron refugio en marzo de 2024 en la residencia del embajador argentino en Caracas, para no caer en las temibles cárceles venezolanas en las que el pan de cada día es la tortura. Magallí Meda, Claudia Macero, Pedro Urruchurtu, Omar González y Humberto Villalobos, ahora en el exilio, fueron rescatados la semana pasada por EE.UU. en una operación que Machado ha bautizado como Operación Guacamayas.

Sin embargo, entre el júbilo por la libertad de sus aliados, Machado ha tenido que alzar su voz contra nuevos zarpazos del régimen: allanamientos en los hogares de Meda y Villalobos, acciones violentas que también tocaron a su propia puerta y a las de sus vecinos en Caracas para sembrar el miedo.

Estas denuncias que Machado exhibe son recordatorios punzantes para el país y la comunidad internacional de la implacable cacería contra la disidencia chavista. Y todo esto ocurre mientras Maduro prepara nuevas elecciones regionales y parlamentarias para el 25 de mayo. El desafío de la líder opositora no es solo convocar al boicot, sino también intentar contener una oposición que se desmorona como un castillo de arena ante las ambiciones particulares. Figuras como Henrique Capriles navegan a contracorriente en el río de argumentos de la dirigente. Un minoritario grupo avala los comicios y está dispuesto a medirse en las elecciones, abriendo más la grieta en el frente opositor.

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