Después de una temporada retrasada y reducida por el coronavirus, con juegos a puerta cerrada y aficionados de cartón en las gradas, miles de espectadores vuelven a disfrutar del beisbol en vivo en esta Serie Mundial en el Globe Life Field de Arlington, Texas.
“Es una vez en la vida“, dijo Robert Yanez, quien vio cómo sus queridos Dodgers de Los Ángeles comenzaron la Serie Mundial el martes con una victoria por 8-3 contra los Rays de Tampa Bay.
Yanez, que vive a unas tres horas de distancia en auto, fue uno de los 11.5000 aficionados que las Grandes Ligas permitieron acceder al Globe Life Field, el hogar de los Rangers de Texas, para la serie de campeonato que jugaron los Dodgers y los Bravos de Atlanta y para la Serie Mundial.
Los espectadores fueron dispersados alrededor de los 40.000 asientos de este flamante nuevo estadio de techo retráctil.
Las entradas para la serie se pusieron a la venta en grupos de cuatro para facilitar el distanciamiento físico. Algunos puntos de venta electrónica ofrecían entradas en pareja, con las más caras disponibles a un costo de 2.500 dólares cada una el martes.
Las estaciones de desinfección de manos son omnipresentes en la cancha, junto con carteles que instan a los aficionados a mantener la separación, usar sus mascarillas adecuadamente y limpiarse las manos.
Por los pasillos también se extiende el olor que desprenden los perros calientes y las palomitas de maíz, haciendo las delicias de los aficionados del beisbol a quienes la pandemia les impidió asistir a partidos durante todo el verano boreal.
Para Martha Weeks, seguidora de los Rangers, fue la primera vez que visitaba el nuevo estadio de su equipo, de aspecto contemporáneo, estructura metálica y fachada acristalada. La antigua cancha, el Globe Life Park, se atisba al otro lado de la calle.
“Es la primera vez que vengo aquí desde que lo terminaron. Hasta ahora todo bien”, dijo la aficionada texana, que encuentra “comprensibles” los protocolos de prevención que se están aplicando para evitar contagios.
“Todo el mundo ha estado encerrado durante varios meses y sabemos lo que hay que hacer. Sería bueno verlo lleno de fans, pero esto es lo que es. El año que viene…“, dijo.
El partido del martes 20 de octubre presentó a Weeks un dilema en cuanto al equipo que apoyar. “Quiero a los Rays porque son de la Liga Americana”, señaló. Pero el lanzador titular de los Dodgers, Clayton Kershaw, “es un chico de Texas, así que voy a tener que animarle esta noche”.
“Es una locura”
Los fanáticos de los Dodgers se hicieron presentes en el estadio, y no solo aquellos de los alrededores. “Le dije ayer a mi jefe, salí esta mañana y mañana vuelvo a casa”, explicó Chris Bergman, quien vive en Los Ángeles.
A este seguidor no le preocupa que la sede neutral y el escaso número de espectadores lleguen a enfriar la atmósfera de una Serie Mundial.
“Creo que hay suficientes fans de los Dodgers para que animemos tan alto como 50.000 personas”, confió.
“Es una locura”, dijo Yanez sobre asistir a un partido de beisbol en medio de una pandemia. “No piensas ver algo así en toda tu vida, pero por más caótico que haya sido diría que lo tienen muy bien organizado“.
“Los asientos estaban bien separados, realmente no había ningún tipo de factor inconveniente. Todo estaba bien organizado”, señaló.
Yanez, que en un año normal llevaría a su hijo a 8 o 10 partidos de los Rangers, afirma que él y su familia están tomando las precauciones contra el virus seriamente.
“Entendemos que el simple hecho de reunir a tantas personas en una misma área hace que las posibilidades de que el virus esté aquí sean muy altas”, reconoció. “Pero se hace lo que se puede para prevenirlo”.